REPERT MED CIR. 2023;32(2):148-155
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de Medicina y Cirugía
pasen tiempo con el bebé, promoviendo el contacto, las
caricias, el hablarle entre otras.
Dos canales de comunicación se destacaron entre los
miembros del equipo y hacia la familia. Dentro del equipo la
comunicación está muy relacionada con los procesos clínicos
y técnicos que se desarrollan, son escasos los momentos
observados en los cuales la dinámica se dé por fuera de
estas temáticas; no obstante, en las entrevistas se hace
referencia a la existencia de un grupo de WhatsApp a través
del cual expresan inquietudes y comparten comentarios no
relacionados con la atención clínica.
La comunicación con la familia ocupa un lugar importante
para el equipo de salud y es evidente, tanto en la observación
como en las entrevistas, el esfuerzo por parte de los
profesionales de trasmitir un mensaje claro y comprensible
de la situación clínica del bebé a los familiares y su nalidad
central es la de brindar tranquilidad.
DC: jueves 18 de junio. Otra médica entra y habla con
el papá de la paciente de la unidad 1509. Le explica sobre
los exámenes y laboratorios que deben realizarle a la bebé.
El señor sigue sonriente. Cuando la doctora le termina de
explicar, el papá pregunta si la bebé está bien. La doctora
suspira y le dice: “no papá, si la bebé estuviera bien no
estaría acá en la unidad de cuidados intensivos, estaría con
la mamá”. El señor agradece la información y le pregunta
por qué la bebé llora tanto, que si esto es normal. La doctora
sonríe y le explica que es la forma de comunicarse de los
bebés. Que esté tranquilo, que a pesar del problema de
crecimiento la bebé está estable.
Se evidenciaron dinámicas comunicacionales particulares
dentro de la unidad. El personal auxiliar de enfermería
tiene una cercanía distinta con el familiar. La familia
habla mucho más con las auxiliares de temas de la vida
cotidiana, de las noticias de los medios de comunicación,
entre otras; en contraste con el personal médico con
quienes la comunicación se centra en la situación clínica
del paciente. Lo anterior, puede relacionarse con el tiempo
que se comparte en la unidad, pues el personal auxiliar
está presente las 24 horas y brinda un cuidado continuo,
mientras que la presencia del personal médico es uctuante.
Otro aspecto que marca los procesos de comunicación con la
familia es la prudencia con la cual los actores en la unidad
intercambian la información. Si bien es cierto, en la unidad
se cuenta con una política que establece que solo el médico
tratante puede dar información sobre la condición clínica del
paciente a la familia, se encuentran matices, por ejemplo, si
la situación clínica es realmente estable, el personal auxiliar
de enfermería o la enfermera les dice abiertamente a los
familiares que el niño o niña está bien, pero si su condición
clínica es grave, se informa que es el/la médico la persona
autorizada para hablar del asunto. Desde la perspectiva del
médico la comunicación con la familia debe propiciarse, ser
constante y clara. Este acercamiento a los familiares facilita
dar las “malas noticias”, aunque en general se reconoce que
no se tiene una formación previa sobre el cómo informar y
comunicarse asertivamente en situaciones críticas.
E-5: “Cuando conozco la evolución y he hablado con la
familia se da un acercamiento más estrecho con ellos para
poderles explicar qué es lo que está sucediendo. […] Otro
escenario, dónde usted llega a un turno y encuentra un niño
muy enfermito y no conoce a nadie y falleció el paciente,
sin conocer la familia, tener que llamarla y decirle: “mira yo
soy el médico que está de turno hoy y tengo que darte una
información” […] es difícil porque tú no conoces el entorno
familiar en el que se encuentra. Es que no conoces a nadie.
[…] Cuando ha habido un vínculo previo y acompañamiento
entonces es un poco más sencillo. Diferente al otro, dónde
no sabes ni qué decir”. Médico neonatólogo.
La cotidianidad en la unidad reeja una dinámica en la
cual interactúan diversos actores, jerarquías, prácticas y
rituales especícos, además congura un escenario en el
que se comparte no solo un espacio físico, sino también una
serie de conocimientos, emociones, costumbres, códigos y
hábitos que asemejan una subcultura especíca.
Proceso de acompañamiento en el duelo: entre el
protocolo y la intuición
Los miembros del equipo reconocen el dolor de los
familiares y se preguntan por lo mejores modos de
acompañamiento al doliente. Reconocen que su formación
no los dotó de herramientas apropiadas y sucientes para
esta tarea, como tampoco cuentan con un protocolo explícito
para esta labor. Sin embargo, la observación permitió
evidenciar que implementan diversos tipos de estrategias
para acompañar a la familia, por lo general nacidas de la
intuición, la experiencia o la identicación empática con el
familiar, algunos de estos elementos adquieren un valor de
protocolo implícito.
Los profesionales de la UCIN en forma recurrente explican
que en su formación profesional de pre y posgrado no
recibieron una capacitación especíca en acompañamiento
al duelo, para dar malas noticias y mitigar el impacto
emocional de la situación crítica.
E-3: “La verdad es que a uno no lo preparan para esto. Yo
nunca recibí una charla, ni cómo dar malas noticias durante
mi formación en pre y posgrado. Uno lo va aprendiendo
de ver a sus profes; asimila los errores que otros cometen”.
Médico neonatólogo.
La acción por intuición en la crisis del duelo se da cuando
el profesional no encuentra un soporte suciente en su
formación profesional o en los protocolos.
E-1: “Sí, pero ya toca a lo chibchombiano, a lo que se le
ocurra al que esté de turno. ¿Qué hacemos si no hay más?
Si el n de semana no está, nos toca como se pueda”.
Enfermera.
Existen prácticas que ante la falta de herramientas claras
se han ido consolidando a partir de acciones intuitivas y
protocolarias. La labor constante le ha permitido al equipo
implementar estrategias para acompañar al duelo tales como:
contacto físico con el doliente para contenerlo emocionalmente
(por ejemplo darle una palmada en la espalda al familiar),
hablar para tratar de calmar a la persona, permitirle calmarse