de Medicina y Cirugía
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REPERT MED CIR. 2022;31(Supl. Núm.1):1-9
Gabriel-Santiago Rodríguez-Vargas MDa
Paula Daniela Nieto-Zambrano MDa
Jaime-Andrés Rubio-Rubio MDb
Pedro Santos-Moreno MDc
Adriana Rojas-Villarraga MDd
a Médico Servicio Social Obligatorio. Vicerrectoría de investigaciones, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS. Bogotá DC,
Colombia.
b Médico Asistente de Investigación, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, Candidato a Maestría en Medicina Alternativa con
énfasis en Terapia Neural, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá DC, Colombia.
c Medicina Interna y Reumatología, MSc MBA. Director cientíco de BIOMAB IPS. Bogotá DC, Colombia.
d Medicina Interna, Reumatología y Epidemiología, Investigadora del Instituto de Investigaciones. Fundación Universitaria de Ciencias de la
Salud. Bogotá DC, Colombia.
La artritis reumatoide es una afección autoinmune, crónica y multisistémica que requiere manejo multidisciplinar, siendo
la supervisión continua fundamental para controlar su progresión. Tanto la artritis como el tratamiento generan un estado
inmunosupresor que predispone a sufrir infecciones. Por la actual emergencia sanitaria ocasionada por el Sars-Cov2, los
pacientes con estas enfermedades crónicas e inmunológicas son más susceptibles de contagio, por ello se ha requerido el
uso de nuevas tecnologías como la telemedicina, que en los años previos a la pandemia venía incrementándose su uso, para
permitir el control de patologías crónicas. El objetivo del presente estudio es revisar qué implicaciones ha tenido el uso de la
telemedicina en el manejo de la artritis reumatoide durante la actual pandemia COVID-19 y cuál ha sido la importancia de la
implementación de estas tecnologías en la enfermedad.
Palabras clave: artritis reumatoide, enfermedades crónicas, Sars-Cov2, telemedicina.
© 2022 Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS.
Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
R E S U M E N
INFORMACIÓN DEL ARTÍCULO
Historia del artículo:
Fecha recibido: noviembre 8 de 2021
Fecha aceptado: febrero 18 de 2022
Autor para correspondencia:
Gabriel Santiago Rodríguez
gsrodriguez@fucsalud.edu.co
DOI
10.31260/RepertMedCir.01217372.1300
Artritis reumatoide y telemedicina Artritis reumatoide y telemedicina
en tiempos de COVID-19en tiempos de COVID-19
Rheumatoid arthritis and telemedicine in times of Rheumatoid arthritis and telemedicine in times of
COVID-19COVID-19
Artículo de revisión
ISSN: 0121-7372 • ISSN electrónico: 2462-991X
de Medicina y Cirugía
Vol.
31
(Núm. Supl.1)
2022
ABSTRACT
Rheumatoid arthritis (RA) is an autoimmune chronic multisystem condition requiring multidisciplinary management.
Close follow-up is essential to control its progression. Arthritis and its treatment cause an immunosuppressive status which
predisposes to infection. Due to the current health emergency caused by Sars-Cov2, patients aected by chronic and
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La telemedicina (TM) es una herramienta perteneciente a
las tecnologías de la información y la comunicación (TICs)
utilizada para el diagnóstico y tratamiento remoto de diversas
patologías, que surgió comp parte de la ola tecnológica en la
cual nos encontramos inmersos. Las dicultades de acceso
a los servicios médicos de los pacientes del área rural o
con discapacidad, representan un factor de riesgo para el
desarrollo de enfermedades. Antes del inicio de la pandemia
la TM ya se encontraba transformando el cuidado de la
salud.1 Ante la pandemia, el aislamiento preventivo en casa
y el distanciamiento social, se logró evidenciar un cambio
en la cantidad de visitas a la consulta externa, así como el
ingreso a los servicios de urgencias.2
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica,
autoinmune y sistémica, que se caracteriza por el compromiso
a nivel articular; per se existe un deterioro en la respuesta
inmune y su principal manejo está encaminado a controlar
las vías inmunológicas implicadas en la progresión, por lo
tanto el control de esta respuesta inmunitaria puede inducir
a inmunosupresión, llevando al paciente a tener un riesgo
elevado de sufrir infecciones.3 Para adaptarse a la pandemia
de COVID-19 (del inglés coronavirus disease 2019), se decidió
reforzar las medidas de bioseguridad y usar diferentes
tecnologías para controlar entidades crónicas reumatológicas,
como lo venían haciendo diferentes programas de TM en
algunos países4; así pues el objetivo de este manuscrito es
revisar qué implicaciones tuvo la TM sobre la AR y cuál
fue la importancia de la implementación de estas nuevas
tecnologías en AR antes y durante la pandemia.
Se realizó una búsqueda en la literatura, de los estudios
que estuvieran en revistas indexadas, a través de la base
de datos de Medline, Pubmed y EBSCO. No se consideró el
límite de tiempo de publicación de los artículos, pero si se
tuvieron en cuenta los informes previos a la pandemia y los
realizados desde el inicio. Se incluyeron todos los buscados
con los tesauros de Medical Subject Headings: “Rheumatoid
Arthritis”, “Telemedicine”, “Telehealth” y se utilizaron los
boléanos “OR” y “AND” en la búsqueda.
Se obtuvieron un total de 101 estudios, de los cuales 45
eran previos al inicio de la pandemia por COVID-19 hasta
octubre de 2019 y 56 desde el inicio de la actual pandemia.
Los resultados se exponen de forma narrativa en el presente
escrito.
Infección por COVID-19
Hacia 2019 se describió un pequeño grupo de pacientes
con una neumonía de origen desconocido proveniente de la
ciudad de Wuhan, China. Se identicó, mediante la detección
molecular en una muestra de lavado broncoalveolar y las
características clínicas diversas y presentaciones severas,
un nuevo virus denominado SARS-Cov2 (del inglés severe
acute respiratory syndrome coronavirus 2)5; desde entonces
se han realizado diversos estudios para descubrir cuál
fue el origen del virus, anotando la posibilidad de que
ya se encontrara en circulación, pero hasta el momento
los datos no son concluyentes.6 El virus pertenece a la
familia Coronaviridae de la subfamilia Orthocoronavirinae,
del subgénero ® coronavirus, este último compuesto por
un ácido ribonucleico (ARN) monocatenario envuelto en
sentido positivo.7
Puede afectar tanto animales como a seres humanos,
siendo que solo el SARS-Cov y el MERS-Cov (del inglés
Middle East respiratory syndrome-related coronavirus)
afectan a humanos y ambos llegaron a ser causantes de
brotes en ciudades del medio oriente.6 La transmisión
ocurre principalmente por aerosoles y la exposición a gotas
de diferentes calibres; también puede existir la vía fecaloral,
pues se han encontrado partículas del virus pero no se ha
aislado en forma completa; no hay evidencia suciente para
respaldar su trasmisión a través de supercies.8,9 Por todo
esto es importante el distanciamiento social, el correcto uso
del tapabocas y el constante lavado de manos, como forma
de prevenir el contagio de la enfermedad.
Desde el punto de vista siopatológico, a lo largo de la
pandemia se han identicado múltiples vías por las cuales el
virus tiene la capacidad de diseminarse en el organismo; las
principales células comprometidas en el período prodrómico
de la enfermedad son las del epitelio nasofaríngeo y
bronquial. Al ingresar el virus al tracto respiratorio se
une al receptor de la enzima convertidora de angiotensina
INTRODUCCIÓN
MÉTODOS
RESULTADOS
autoimmune disorders are more susceptible to contagion, which has required using new technologies such as telemedicine.
The adoption of telemedicine had been increasing since the years prior to the pandemic, to allow assessment of chronic
conditions. The aim of this study is to examine the impacts of the use of telemedicine in the management of patient living
with RA during the COVID-19 pandemic and the importance of the implementation of these technologies to assist in the care
of RA patients.
Key words: rheumatoid arthritis, chronic diseases, Sars-Cov2, telemedicine.
© 2022 Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS.
This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
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2 (ACE2) y a una proteasa transmembrana que media su
entrada a la célula, ambas enzimas se encuentran en especial
en los neumocitos tipo II a nivel respiratorio, pero también
pueden encontrarse en diversos tejidos. La proteína S y sus
subunidades son las que enmarcan el ingreso y la fusión
del virus a la célula hospedera, generando la infección y
replicación del virus. Los viriones transcritos y replicados
dentro de la célula del hospedero son exocitados para infectar
así más células en el epitelio respiratorio y desencadenar
una respuesta inamatoria, que induce la liberación de una
tormenta de citoquinas proinamatorias como la IL-6, IL-1
y el TNF <, entre muchas otras.
En los estadios avanzados de la enfermedad al acelerarse la
replicación viral, la integridad de la barrera epiteliocapilar se
compromete infectando células endoteliales de los capilares
pulmonares, diseminando la infección y perpetuando así la
respuesta inamatoria enmarcada por inujo de células como
los polimorfonucleares y células presentadoras de antígenos,
entre otras, que por último conducen a varios fenómenos,
entre ellos el angioedema y en especial el edema pulmonar.
Afectan el alvéolo alterando la perfusión pulmonar, lo cual
lleva a ese estado de hipoxia que limita el intercambio
gaseoso y compromete al paciente. Además, la activación
del endotelio no sólo causa la diseminación hematógena
de la infección, sino que también permite la activación de
múltiples vías protrombóticas, mediadas por un consumo
de los factores de coagulación y una trombocitopatía,
dando lugar a estados trombóticos que también alteran la
perfusión a nivel pulmonar. Esa situación protrombótica y
proinamatoria lleva a una falla multiorgánica que sumadas
al estado hipóxico que la infección genera, induce la
muerte.6,7-9 Las manifestaciones clínicas están dadas por la
inamación y la hipoxia, pero hay pacientes que cursan en
forma asintomática sin que haya una explicación clara. Hoy
en día se ha podido denir qué pacientes pueden progresar
a estados inamatorios severos y requerir unidad de cuidado
intensivo, mediante diversas escalas como la NEWS 2 (del
inglés The National Early Warning Score 2).10 Sumado a esto,
hay diversos estudios que evidencian deciencias ligadas
al cromosoma X, como agentes etiológicos de las formas
severas.11 Aún no se dispone de un medicamento especíco
que logre la curación o evite la replicación del virus, por
lo pronto las medidas de salud pública siguen siendo
fundamentales para prevenirla, siendo el pilar fundamental
la vacunación sumada al distanciamiento social, el correcto
uso del tapabocas y el constante lavado de manos.
Es así como el COVID-19 debido a sus consecuencias en
términos de morbilidad y mortalidad, ha sido declarado
como pandemia por la Organización Mundial de la Salud
(OMS)12, generando medidas estrictas como emergencia
global a nivel de diferentes países, de tal modo que en
Colombia fue declarada la emergencia sanitaria13 por parte
del Ministerio de Salud y Protección Social, dictaminando
el aislamiento preventivo obligatorio o cuarentena “de todas
las personas habitantes de la República de Colombia”, con
el sustento cientíco y con el n de mitigar la propagación
del virus, evitando aglomeraciones y exposición alguna.
Esto se realizó para generar protección sobre los diversos
grupos poblacionales en donde se evidenció un mayor
riesgo de progresión de la enfermedad y mayor tasa
de mortalidad, como individuos de edad avanzada
y pacientes inmunosuprimidos o con enfermedades
reumáticas.14,15 De manera paralela se han emitido diferentes
resoluciones y circulares16 a diferentes niveles de los entes
gubernamentales, reglamentando esta cuarentena y otras
medidas de aislamiento. Es de destacar la labor del personal
de salud para prevenir el contagio de la enfermedad a través
de jornadas de vacunación diarias y extenuantes, que
han mostrado benecios sobre la población colombiana,
evidenciándose a través de la disminución signicativa de
uno de los picos más complejos por los que se ha atravesado
en estos dos años de pandemia.17,18
Artritis reumatoide
La AR es una enfermedad crónica inamatoria
poliarticular que afecta 2 a 3 veces más a mujeres, con
un pico de incidencia en la sexta década de vida. En
Colombia se ha informado una prevalencia de 1,49 (IC 95%:
1,12-1,98%).19,20 Antes solía cursar con alta incidencia
de discapacidad e impacto en la calidad de vida, sin
embargo el conocimiento actual ha permitido mejorar los
desenlaces. A la fecha no hay una causa clara de AR pero
se asocian factores genéticos y ambientales (infecciones
virales, cigarrillo, periodontitis). La sintomatología es
secundaria a la inltración de células B, T y monocitos a
la membrana sinovial, que activa las células endoteliales y
en consecuencia la neovascularización. Además, se presenta
activación del factor de necrosis tumoral (TNF) IL-6 y el
ligando de receptor activador para el factor nuclear κ B
(RANKL), que induce la producción de osteoclastos. Estos
factores moleculares y celulares desencadenan la expresión
de la enfermedad. La presentación de la AR incluye
dolor e hinchazón de las articulaciones de manos y pies,
además de rigidez articular en las horas de la mañana de
más de 30 minutos de duración. Las zonas más afectadas
son las metacarpo y metatarso falángicas, interfalángicas
proximales, rodilla, codo y hombro.21 Como enfermedad
sistémica puede haber compromiso extraarticular en 30 a
50% de los pacientes, incluyendo la afectación cutánea,
pulmonar y cardiovascular. También debe tenerse en
cuenta la serología, que incluye valores de anticuerpos
contra péptidos citrulinados, factor reumatoide, proteína C
reactiva (PCR) y velocidad de sedimentación globular (VSG)
así como una duración mayor de 6 semanas.
El diagnóstico de la AR es en esencia clínico (afectación
articular y serología), desarrollándose diferentes escalas
a través del tiempo. Para conocer la actividad de la
enfermedad se realizaron cuestionarios de autoevaluación
de actividad como el RADAR y RADAI, reactantes de
fase aguda como PCR y VSG, recuento de articulaciones
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dolorosas y rígidas, criterios de respuesta ACR y EULAR,
índices compuestos como el DAS (Disease Activity Score),
DAS-28, el SDAI (Simplied Activity Index) y el CDAI
(Clinical Disease Activity Index).22 El daño estructural se
estableció mediante índices radiológicos (Larsen, Sharp),
ecografía y resonancia nuclear magnética (RNM). Por otro
lado, la capacidad funcional, aunque puede considerarse
subjetiva, algunas escalas permiten su estandarización,
como el Health Assessment Questionaire (HAQ). Por último,
es necesario evaluar la calidad de vida mediante diferentes
escalas como el SF-36, RAQ y el EQ-5D-3L.23,24
El tratamiento se dirige al control de la enfermedad; la base
es el uso de medicamentos antirreumáticos modicadores
(DMARD), es decir que intereren en la progresión y
presentación de signos y síntomas de la AR. Se clasican
en sintéticos o convencionales (csDMARDs: metotrexate,
sulfasalazina, leunomida, hidroxi-cloroquina) y biológicos
(bDMARDs: adalimumab, etanercept, golimumab su
prescripción temprana se asocia con menor progresión de la
enfermedad y mortalidad, así como mejor calidad de vida.
Por otro lado, el uso de glucorticoides se recomienda solo por
periodos cortos, pues se asocian con reacciones adversas25,
por lo que se debe evaluar el riesgo/benecio. La AR interere
de manera importante en el desempeño del funcionamiento
físico y la productividad. Cerca de 40% tendrá incapacidad
laboral después de 10 años de iniciada la enfermedad cuando
no son tratados en forma adecuada, por lo que los pacientes
deben ser monitorizados de manera precisa, sobre todo
durante el primer año después del diagnóstico.21-24
Telemedicina
La TM se dene como el uso de diferentes TICs (teléfono,
correo electrónico y videoconferencia) para diagnosticar,
realizar seguimiento y tratar múltiples patologías para
personas que se encuentren a gran distancia del proveedor
del servicio de salud. En siglos pasados se usó el heliógrafo,
en la peste bubónica el telégrafo, en las guerras civiles el
teléfono y el radio en la primera guerra mundial, que
servía para informar el estado de salud y solicitar ayuda
médica. En la actualidad de emplea el internet. La primera
videoconferencia entre dos institutos fue a 112 millas de
distancia y se realizó en 1964.26 En esta misma década en
Boston, Massachusetts, se instaló un sistema interactivo
entre médico y paciente, que con el tiempo demostró la
factibilidad de un sistema que permitía el diagnóstico de
patologías con precisión desde un área remota. La NASA
también ayudó al desarrollo de la TM mediante el “Space
Flight” que permitía monitorizar parámetros siológicos de
los astronautas.27Después se desarrollaron programas de TM
en áreas rurales que tuvieron limitaciones relacionadas con
los equipos electrónicos y por falta de nanciación fueron
cerrados, sin embargo se logró demostrar su valor en el
tiempo de atención asociado con el cuidado de los pacientes.28
En la última década del siglo XX se introdujo en los
términos MESH la palabra “Telemedicine”; en 2009 el
centro de investigación de telemedicina y tecnología
avanzada TATRC, por sus siglas en inglés, es considerado
el más avanzado en TM, demostrando innovaciones
respecto a la detección y tratamiento de lesiones cerebrales
secundarias a trauma craneoencefálico. En la actualidad
se realizan investigaciones en tecnologías de áreas como
telerehabilitación y trauma acústico entre otras.29
La TM ha sido considerada como una disciplina
cientíca que involucra la medicina y la tecnología; esta
última es una gran aliada a la hora de realizar la consulta
con diferentes plataformas que hoy son gratuitas. Sus
aplicaciones son múltiples, pero la TM ha permitido brindar
de manera oportuna atención a los pacientes que padecen
enfermedades reumáticas, en especial en el tiempo actual en
que estamos frente a una situación sanitaria que no permite
el seguimiento estricto que se requiere. Hoy es evidente la
necesidad de implementar nuevas tecnologías para evitar la
propagación y el contagio en la actual pandemia.
En Colombia la TM está regulada por la resolución
2654 de 201930, que establece las disposiciones para la
telesalud y los parámetros para la práctica de la TM en el
país. En resumen, establece el objeto, campo de aplicación,
deniciones y demás disposiciones relacionadas con el
tema; también establece el objetivo y las actividades de la
telesalud, las modalidades de la TM, todo lo relacionado
con la seguridad de la información y los datos, así como la
calidad de la atención en salud por este medio. A través de
estas disposiciones, la Secretaria Distrital de Salud de Bogotá
en concordancia con circulares gubernamentales, expidió
la circular 015 del 23 de marzo de 2020 que estableció las
“Recomendaciones para la modicación operativa de los
servicios ambulatorio, hospitalario, cirugía y otros en el
marco de la emergencia por COVID-19”.31 Allí se sugiere
priorizar y optimizar la modalidad de la TM en orden de
disminuir al mínimo posible el contagio con coronavirus de
los pacientes ambulatorios. Por otra parte, el Ministerio de
Salud y Protección Social con fecha 21 de marzo de 2020
expidió un documento donde “Dene el proceso de atención
ambulatoria de la población con indicación de aislamiento
preventivo, con énfasis en población adulta mayor, durante
la emergencia sanitaria por COVID-19”32, en donde se
establecieron todas las deniciones operativas sobre este
tipo de atención en salud debido a la emergencia generada
por el Sars-Cov2, incluyendo la consulta telefónica o virtual
para pacientes con enfermedades crónicas que requieren un
proceso ambulatorio de atención, pero cumpliendo con las
medidas de aislamiento preventivo de la población, sobre
todo en adultos mayores.
Mucho antes de la pandemia, la TM estaba siendo
descrita por la OMS como método moderno que permite a
las poblaciones dispersas acceder a múltiples servicios de
salud.33 No solo estas comunidades se beneciaron de la TM,
si no también los pacientes con enfermedades crónicas.34
Las ventajas de la TM son numerosas pero el fundamento
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es proporcionar una mayor calidad de atención en salud y
generar benecios socioeconómicos tanto para el sistema de
salud como para el paciente y sus cuidadores.
Ahora bien, en tiempos de pandemia nos hemos visto en
la necesidad imperativa de una nueva implementación de las
tecnologías aplicadas a la salud, que nos permitan tener acceso
en forma oportuna y que múltiples pacientes se benecien
de su uso, como lo ha sido el seguimiento de quienes sufren
COVID-19 y que requieren supervisión ambulatoria. La TM
no solo se utilizó para hacer el seguimiento sino también para
mitigar el contagio, en especial en poblaciones longevas,
con múltiples comorbilidades, en inmunosupresión y en
afecciones pulmonares, convirtiéndose en una alternativa
ecaz y segura. La TM ha mostrado un mejor seguimiento
con adecuado control de la patología de base evitando
su progreso.34 Su uso es tan necesario como la consulta
presencial, más aún en pacientes con enfermedades crónicas
y que tengan mayor riesgo de infección.
Artritis reumatoide y telemedicina en presencia de
una emergencia sanitaria
Debido a la actual pandemia5 se presentó el reto de una
nueva realidad, llevando a reconsiderar un sistema sanitario
que no se encontraba preparado para afrontar una pandemia
desaando al mundo, pero sobretodo a países con una
desigualdad social y económica importante como sucede en
latinoamérica35, donde los niveles de disparidad en cuanto
al acceso a la salud son signicativos. Esta situación obligó
a los diferentes gobiernos a implementar nuevas formas de
atender los pacientes para minimizar el riesgo de contagio,
resaltando que dentro del grupo en que se debía minimizar
el contagio por el alto riesgo de infección, se encontraban
los pacientes con AR. Fue así como la pandemia impulsó
con mayor velocidad el uso de las diferentes plataformas
y tecnologías para atender pacientes con enfermedades
reumatológicas, con el n de asegurar una atención de
calidad, segura, económica y conveniente tanto para el
equipo multidisciplinario como para los enfermos.36,37
Hay estudios previos a la pandemia (tabla 1), que indican
que el nivel de actividad de la enfermedad en quienes era
baja o en remisión, cuando continuaron su seguimiento
con TM no fue muy diferente a los de consulta presencial38,
lo que demuestra que es viable continuar con este tipo de
modelo en el futuro. Así habrá menor riesgo de contagio,
control adecuado de la actividad de la enfermedad y una
buena calidad de vida.
Un estudio publicado en Seminars in Arthritis and
Rheumatism en 2017 menciona que las tasas de viabilidad
y efectividad fueron altas en todas las intervenciones
percibidas por los pacientes39, así como en la satisfacción
por parte de ellos. También, antes de la actual pandemia, la
TM redujo el costo para el sistema de salud aún continuando
con un seguimiento riguroso.40,41 Del mismo modo, se ha
demostrado que los resultados informados por los pacientes
para la atención brindada a través de la TM son similares a
aquellos de manera presencial, generando ahorros en costos
y distancias.42
Estudios desarrollados durante la pandemia por COVID-19
(tabla 1), han demostrado el impacto en el modelo de la
atención clínica en las enfermedades reumatológicas,
como en una cohorte suiza de pacientes con afecciones
reumatológicas, en quienes el número de consulta se redujo
en un 52%, mientras que el número de consultas remotas
aumentó en 129%.43 En algunos países se demostró que
en la emergencia sanitaria se disminuyó hasta en un 65%
Tabla 1. Telemedicina en artritis reumatoide: antes y durante la pandemia
Antes de la pandemia Durante la pandemia Referencias
Actividad de la enfermedad
Tratamiento
Seguimiento
Percepción del paciente
Correlación entre la actividad baja de la enfermedad y la
continuación del seguimiento por Telemedicina. (38)
Correlación entre mediciones de clinimetría,
autoadministradas por los pacientes como las evaluadas
por el reumatólogo.(39)
Acceso inmediato a tratamiento oportuno en población
rural evitando largos desplazamientos. (27)
Los pacientes en telemonitorización lograron una tasa de
remisión de CDAI más rápida y más alta que los tratados
convencionalmente.(39)
Realización de consultas seriadas presenciales a toda la
población con diagnóstico de enfermedad
reumatológica.(37)
Los pacientes consideraron la telemonitorización
adecuada y satisfactoria.(39)
Evidencia de aumento en la tasa de remisión de la enfermedad.
Aumento de la actividad de la enfermedad conforme aumentó la
intranquilidad debida al COVID-19.
Mantenimiento del tratamiento óptimo con buena capacidad
discriminatoria para modificar el tratamiento.
Aumento en el uso de antimaláricos con disminución de los
csDMARDs y CDAI.
Se implementó un formato de consulta telefónica reumatológica,
que garantizara la calidad asistencial en la población, que podría
beneficiarse de una consulta por este medio.
Los pacientes aceptaron y consideraron el uso de la
teleconsulta adecuada y satisfactoria.
Se vio influenciada la percepción por la edad, nivel de
escolaridad, acceso a tecnología y sintomatología.
(38), (39), (46), (50)
(27), (37), (39) (47), (51)
(34), (37), (48)
(37), (39), (46), (47), (49)
Fuente: los autores.
de Medicina y Cirugía
6REPERT MED CIR. 2022;31(Supl. Núm.1):1-9
las consultas presenciales44 y según Sauver JL.y col. las
enfermedades músculoesqueléticas como la AR fueron
los motivos de consulta más frecuentes (33.6%) de un
proveedor de salud en Estados Unidos.45
Una corte retrospectiva llevada a cabo en Milán, Italia,
que analizó a 502 pacientes con AR, identico una tasa
de remisión según el índice clínico de actividad CDAI, de
40.2% antes del primer connamiento y 43.7% después
del mismo. Adicionalmente se catalogó como satisfactoria
la estrategia de control telefónico, para el tratamiento con
terapias dirigidas, incluso en el grupo considerado como
difícil de tratar según los criterios EULAR; por otro lado
el riesgo de interrumpir la medicación inmunomoduladora,
fue menor en el grupo con valoración por TM comparado
con los que no recibieron ninguna visita.46 Otro estudio
realizado en este país, demostró que durante la pandemia
los pacientes que asistían a videoconsulta tenían una
sensibilidad de 94.1% VPN (valor predictivo negativo),
95.5% y una especicidad de 92.8% con un VPP (valor
predictivo positivo) 87.2%, para identicar la necesidad
de ajustar el tratamiento, cuando la enfermedad no se
encontraba en un adecuado control además que el nivel
de aceptación y favorabilidad fue alto para esta forma de
realizar consulta47, planteando así herramientas novedosas
y funcionales para el seguimiento de pacientes.
Durante el COVID-19, la TM ha permitido brindar de
manera oportuna, atención a los pacientes que sufren AR,
resaltando la importancia del seguimiento estricto de la
enfermedad, por la necesidad de una evaluación periódica
de la actividad y de la calidad de vida de esta, ambas marcan
la pauta de un manejo multidisciplinario robusto y útil para
el paciente.
Es importante mencionar que la telemedicina ha mostrado
ser beneciosa en el seguimiento del paciente, porque ha
mostrado inuencia no solo clínica, como en la disminución
del DAS- 28, sino también en la educación del paciente con
respecto a su enfermedad, utilizando herramientas, como
los PROMs y otras propuestas que no se encuentran aún
validadas en la AR, pero si, en enfermedades crónicas.48
En España buscaban evaluar la consulta de telereumatología
en un grupo de pacientes con AR durante la pandemia,
encontrando que 81% de los pacientes no modicó su
tratamiento a lo largo del seguimiento y encontraron niveles
de satisfacción muy altos en el modelo de teleconsulta
(8.62/10). Dentro de sus hallazgos al realizar el estudio
sociodemográco, demostraron el tipo de paciente que
más probablemente sea idóneo para la teleconsulta37, lo
que denota la importancia de entender la población a la
cual se dirige la teleconsulta involucrando sus niveles de
acceso, ya que no todas las poblaciones latinoamericanas
tienen el mismo acceso a la salud y los niveles de disparidad
económica son amplios.
En cuanto a la satisfacción, López Medina y col. evaluaron
el grado de satisfacción de los pacientes en una escala de 0
a 100, en período de pandemia por COVID-19, encontrando
un nivel intermedio a alto con este tipo de consultas, además
el 52.7% de los pacientes consideraron útil esta consulta
telefónica.49 En Alemania también evaluaron la satisfacción
de los pacientes con AR y otras enfermedades reumáticas,
en su mayoría mostraron un nivel de satisfacción alto con la
teleconsulta telefónica. Dentro de sus resultados hallaron que
entre mayor fuera la incertidumbre o preocupación por la
pandemia de COVID-19, en su mayoría pacientes con uso de
bDMARDs, se asociaba a mayor actividad de la enfermedad,
manifestada por un mayor número de articulaciones
dolorosas inamadas y presencia de rigidez matinal.50
De otro lado, el tratamiento de estos pacientes cambió
a lo largo de la pandemia, en función de lo que se iba
descubriendo acerca del SARS-Cov2, ya que al inicio de
la pandemia el uso de antimaláricos incrementó de forma
indiscriminada para luego disminuir por las diferentes
circulares que iban en contra de estos medicamentos. Lo
mismo sucedió con los bDMARDs y csDMARDs51, quizá
por ser medicamentos que inmunomodulan el sistema
inmunitario y la falsa información recibida a través de
diferentes medios de comunicación.
Aunque la TM ha mostrado ser beneciosa para algunos
pacientes, vale la pena aclarar que no podemos asumir que
las tecnologías van a sustituir por completo la modalidad
presencial. Es necesario considerarla una herramienta, como
complemento al manejo multidisciplinario de esta patología
y que en el caso de presentarse una emergencia sanitaria
como la actual pandemia, estaremos más preparados para
asumir nuevos modelos de atención.52
La actual emergencia sanitaria amplía el concepto
ineludible de adaptación y a su vez muestra la necesidad
de implementar nuevas estrategias para evitar el contagio
y políticas novedosas que nos permitan utilizar las
herramientas tecnológicas a favor de todos los pacientes. En
el seguimiento de las enfermedades crónicas como la AR, es
necesario utilizar las TICs como una herramienta que apoye
el manejo multidisciplinar, brindando desenlaces positivos
sobre los pacientes. Dentro de estas herramientas se
destaca la TM, resaltando que hasta el momento, si bien son
pocos los estudios que muestran resultados en AR durante
la actual pandemia, en los mismos se encuentran medidas de
desenlace positivas, con resultados casi similares a los de los
pacientes que habitualmente serían seguidos en un modelo
presencial. Se deben continuar los esfuerzos por el estudio
del impacto de esta modalidad, en el seguimiento crónico de
los pacientes con AR, planteando incluso modelos mixtos
intercalando el seguimiento presencial con aquel por TM.
CONCLUSIONES
de Medicina y Cirugía
7
REPERT MED CIR. 2022;31(Supl. Núm.1):1-9
Abreviaturas: ACE2: Enzima convertidora de
angiotensina 2; ACR: American college of Rheumatology;
AR: Artritis reumatoide; bDAMARDs: B i o l o g i c a l
disease modifying antirheumatic drugs; CDAI: Clinical
Disease Activity Index; COVID-19: Coronavirus disease
2019; csDMARDs: conventional synthetic Disease
modifying antirheumatic drugs; DAS-28: Disease Activity
Score-28 joints; EQ-5D-3L: EuroQol-5 dimensions-3 level;
EULAR: European League against Rheumatism; HAQ:
Health assessment questionaire; MERS-Cov:
Middle East respiratory syndrome- related coronavirus;
NASA: National Aeronautics and Space Administration´s;
NEWS 2: The national early warning score 2; OMS:
Organización Mundial de la salud; PCR: Proteína C reactiva;
PROMs: Patient reported outcome measures; RADAI:
Rheumatoid Arthritis Disease Activity Index; RADAR:
Rapid Assessment of Disease Activity in Rheumatology;
RANKL: Ligando de receptor activador para el factor nuclear
κ B; RAQ: Rage attack questionnaire; RNM: Resonancia
nuclear magnética; SARS-Cov2:Severe acute respiratory
syndrome coronavirus 2; SDAI: Simplied Activity Index;
SF-36: Short form-36 Health survey; TATRC: Telemedicine &
Advanced technology research center´s; TICs: Tecnologías
de la información y la comunicación; TM: Telemedicina;
TNF: Factor de necrosis tumoral; VPN: Valor predictivo
negativo; VPP: Valor predicto positivo; VSG: Velocidad
de sedimentación globular.
Los autores no declaran ningún conicto de interés.
El comité de investigación institucional de la Fundación
Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS nanció este
estudio a través de una convocatoria de promoción de
investigación 2020, ley número DI-I-0362-20 (US 7204).
CONFLICTOS DE INTERESES
DECLARACIÓN DE FINANCIACIÓN
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