
de Medicina y Cirugía
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REPERT MED CIR. 2025;34(1):72-76
obesos y pedículo vascular estrecho.
4,5
Otras posibles causas
incluyen policitemia, hipercoagulabilidad y vasculitis,
además de condiciones que potencialmente pueden
predisponer a la torsión del epiplón, como movimientos
corporales bruscos, tos e ingesta excesiva de alimentos.
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El infarto omental puede clasicarse en dos categorías,
primario y secundario. En ambas puede ocurrir en ausencia
o presencia de torsión, siendo el secundario debido a
estasis, trombosis y necrosis hemorrágica. El infarto
primario ocurre en forma espontánea, sin etiología evidente,
denominándose infarto segmentario idiopático del epiplón.
Las variaciones anatómicas como malformaciones o la
distribución de la grasa, y las venas omentales redundantes
pueden predisponer a esta condición.
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La torsión e infarto
posterior pueden deberse a compresión del epiplón entre
el hígado y la pared abdominal después de trauma local,
ejercicio excesivo, vibración ocupacional y aumento de la
presión intraabdominal secundaria a un esfuerzo excesivo
o tos.
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El infarto secundario tiene causas identicables,
como neoplasias y afecciones inamatorias, que causan
adherencias entre el epiplón y los focos patológicos. Las
hernias inguinales también pueden atrapar al epiplón en el
anillo inguinal causando estrangulación omental. El epiplón
necrosado se encuentra como parte del contenido de la
hernia inguinal.
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El infarto omental puede imitar la presentación clásica del
abdomen agudo, pero sin signos especícos tempranos. La
sintomatología más común es dolor abdominal progresivo,
persistente y sin irradiación. Cerca de 90% de los casos
presentan en la fase inicial dolor en el lado derecho del
abdomen, por lo que pueden considerarse en forma errónea
como apendicitis aguda. Las características asociadas,
como alteración de hábito evacuatorio y vómito, son poco
frecuentes.
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Los resultados de las pruebas de hematología
y bioquímicas pueden mostrar respuesta inamatoria
inespecíca, aunque pueden ser normales.
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El infarto omental muestra hallazgos característicos en
los estudios por imágenes. La tomografía computarizada
es la técnica más útil para visualizarlo, ya que tiene alta
sensibilidad y especicidad para demostrar infartos
focales de grasa intraperitoneal.
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El principal hallazgo es
la densidad grasa heterogénea, mal denida, con cambios
inamatorios circundantes y mayor frecuencia de hebras de
grasa adyacentes a la pared intestinal, desproporcionadas en
comparación con el engrosamiento de la pared intestinal.
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La ecografía es especíca, pero poco sensible. Ayuda en la
toma de decisiones clínicas y excluye algunos diagnósticos
diferenciales. La característica más observada es una
tumoración hiperecoica, no compresible, ovoide, aunque
solo se observa en menos de 50% de los casos.
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Los diagnósticos diferenciales además de apendicitis y
colecistitis aguda, son apendagitis epiploica, perforación
intestinal, colitis y hernia inguinal encarcelada. En mujeres,
debe considerarse ruptura de quiste ovárico y embarazo
ectópico.
1,2
No existe consenso sobre la mejor modalidad terapéutica.
El tratamiento conservador ha demostrado ser útil, ya
que se considera una condición autolimitada.
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Si puede
realizarse el diagnóstico y el estado del paciente es estable,
la restitución de líquidos, la administración de analgésicos
orales y medicamentos antiinamatorios, así como
ocasionalmente antibióticos prolácticos, es el tratamiento
indicado durante las primeras 24 a 48 horas. La mayoría
experimentan resolución de los síntomas en un promedio de
13,5 días.
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En casos de diagnóstico dudoso o si el tratamiento
conservador no es efectivo, la cirugía debe realizarse sin
demora. La laparotomía abierta debe evitarse debido a su
naturaleza invasiva comparada con la laparoscopia.
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Esta
permite la evaluación completa de la cavidad abdominal para
conrmar el diagnóstico, la aspiración y el lavado peritoneal
y así detectar otras patologías abdominales asociadas. La
cirugía parece limitarse a aquellos casos con complicaciones
como dolor prolongado, formación de abscesos, adherencias
y obstrucción intestinal. La resección laparoscópica del
epiplón afectado constituye el tratamiento denitivo con
hospitalización corta y recuperación rápida.
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El infarto omental primario idiopático debe considerarse
en pacientes con dolor abdominal agudo, a pesar de su baja
frecuencia. El diagnóstico clínico es difícil y a menudo
son necesarios estudios por imágenes para establecer la
condición. La ecografía y la tomografía computarizada
abdominal se utilizan de preferencia. Cuando es posible
el diagnóstico en la fase inicial, se aconseja el manejo
conservador, reservando la cirugía cuando este falla o
existen complicaciones.
Reconocimiento de autoría: el autor declara que ha
realizado aportes a la idea, diseño del estudio, recolección
de datos, análisis e interpretación de datos, revisión crítica
del contenido intelectual y aprobación nal del manuscrito.
Responsabilidades éticas: protección de personas.
El autor declara que los procedimientos seguidos
se conformaron con las normas éticas del comité de
investigación humanos y de acuerdo con la Asociación
Médica Mundial y la Declaración de Helsinki.
Condencialidad de los datos: el autor declara que ha
seguido los protocolos del Hospital Central “Dr. Urquinaona”
sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado:
el autor ha obtenido el consentimiento informado de los
pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento
obra en poder del autor de correspondencia.
CONCLUSIONES
DECLARACIÓN DE ASPECTOS ÉTICOS