de Medicina y Cirugía
REPERT MED CIR. 2023;32(3):279-283
282
DISCUSIÓN
La mayoría de casos de intoxicación con superwarfarinas
se deben a ingestas intencionales o accidentales. En adultos,
corresponden principalmente a intentos de autoeliminación
o exposición ocupacional esporádica.
4
De esta manera, la
probabilidad de ingerir dosis tóxicas y desarrollar hemorragia
severa es mayor. Por contrapartida, la ingesta accidental es
más frecuente en niños
4
, en dosis menores que no conllevan
síntomas o alteraciones en las pruebas de laboratorio. La
sospecha de intoxicación por superwarfarinas en el caso
analizado se fundamentó en el antecedente personal de
planicación suicida con rodenticida, el cuadro clínico
compatible y las pruebas de laboratorio, descartadas otras
causas de coagulopatía. La historia clínica puede ser difícil
de obtener en casos de IAE, con frecuencia el paciente
aporta datos erróneos o niega la ingesta en forma reiterada
tal como sucedió. El hallazgo del compuesto en la vivienda
del paciente apoyó el planteo diagnóstico.
El médico clínico debe tener en cuenta algunos aspectos
importantes de la historia clínica. Es necesario precisar
con la mayor exactitud posible cuál es el compuesto
involucrado, la dosis ingerida, cuándo ocurrió; cuál fue el
período de tiempo de exposición y en qué circunstancias. Es
fundamental revisar la prescripción de fármacos que puedan
afectar la hemostasia o que intereran con el metabolismo de
las superwarfarinas, potenciando su efecto anticoagulante.
Estas se absorben en el estómago, duodeno y yeyuno en
menos de 6 horas. Tras su ingesta oral sigue un intervalo
libre de síntomas de 36 a 48 horas, para luego manifestarse
en la clínica. Los hematomas y equimosis son característicos,
Fígura 1. Evolución del valor de INR y dosis de vitamina K
utilizada en el tiempo. Fuente: el autor.
El paciente no repitió sangrados, evolucionando
con valores de coagulación corregidos y estables bajo
tratamiento. Continuó controles de INR ambulatorios en la
policlínica de anticoagulación, disminuyendo la dosis de
vitamina K en forma progresiva. El tratamiento se suspendió
a los tres meses del alta hospitalaria. Al mes el INR se
mantuvo normal, como se muestra en la gura 1.
así como los sangrados gastrointestinales o genitourinarios,
como ocurrió en el paciente. También pueden aparecer
sangrado digestivo masivo o hemorragia intacraneana con
riesgo vital. En raras ocasiones los pacientes pueden asociar
fenómenos trombóticos secundarios a una fase inicial de
hipercoagulabilidad, como sucede con warfarina, al haber
deciencia de proteína C y proteína S (anticoagulantes
endógenos) antes de instalarse el décit de los factores de la
coagulación, inclinando la balanza hacia la protrombicidad.
1
Con respecto a las pruebas de laboratorio, la prolongación
del TP y el TTPA dentro de las 24 a 72 horas posteriores
a la ingesta de superwarfarinas es característica. La
demostración del décit de factores de la coagulación
vitamina K dependientes es fundamental para acotar el
diagnóstico diferencial.
1
La determinación especíca de
superwarfarinas en sangre y orina es útil para conrmar
el diagnóstico, en especial en casos en los que se niegue la
ingesta como sucedió en este paciente.
Existen diferentes técnicas de detección de superwarfarinas
como por ejemplo la cromatografía líquida de alto
rendimiento (HPLC) en fase reversa, el radioinmunoensayo
(RIA) o el ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas
(ELISA). Estos métodos también pueden ser útiles para
guiar el tratamiento con vitamina K y estimar su duración.
5
En el caso expuesto, no fue posible realizar el diagnóstico
de certeza de intoxicación por no contar con estas pruebas,
sin embargo su resultado positivo hubiera tenido solo
implicaciones epidemiológicas, sin cambiar la conducta
terapéutica adoptada. En la actualidad, un laboratorio
de referencia en Uruguay realiza la determinación de
brodifacum, bromadiolona, clorofacinona, difenacoum y
difacinona.
El abordaje terapéutico inicial de los pacientes intoxicados
con superwarfarinas requiere un equipo multidisciplinario,
con interconsulta temprana a los especialistas en toxicología
y en hemoterapia. Las medidas generales dependen de
la gravedad de las manifestaciones. Aquellos casos con
sangrado activo o mayor requieren ingreso hospitalario.
Si la hemorragia es signicativa y/o existe compromiso
hemodinámico, debe realizarse tratamiento de soporte,
incluyendo trasfusión de glóbulos rojos. El empleo de
carbón activado puede considerarse en las primeras dos
horas tras la ingesta.
6
El lavado gástrico por lo general no es
necesario si se logra administrar carbón activado a tiempo,
mientras que la emesis inducida no es aconsejable. De existir
coingesta de otras sustancias debe valorarse su tratamiento
especíco y hay que evitar el uso de medicamentos que
puedan potenciar el sangrado o disminuir el metabolismo
de las superwarfarinas. La ingesta con nes suicidas como
en el caso analizado, requiere de evaluación psiquiátrica.
El tratamiento especíco se basa en la administración de
vitamina K por vía oral, subcutánea o intravenosa, siendo
la primera suciente en casos sin hemorragia activa.
1,2
El paciente presentaba sangrados con compromiso
hematimétrico, se utilizó vitamina K intravenosa dado que