
de Medicina y Cirugía
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REPERT MED CIR. 2025;34(1):89-94
Es importante reconocer que la miocardiopatía por estrés
es una entidad rara y aún más en población joven. Sin
embargo, hay que tener en cuenta los factores de riesgo
que pueden favorecer el desarrollo de esta entidad como el
trauma quirúrgico y el estado de gestación. El diagnóstico
temprano ayuda a establecer el tratamiento y seguimiento
oportunos para impactar en desenlaces desfavorables.
El presente manuscrito fue realizado por los residentes de
los posgrados de medicina interna, ginecología y obstetricia,
no se contó con fuentes de nanciación y se realizó con nes
académicos.
Se obtuvo el consentimiento informado por escrito de la
paciente, para la publicación de este informe de caso y las
imágenes que lo acompañan, se mantuvo la condencialidad
y la protección de sus derechos.
Ninguno declarado.
CONCLUSIÓN
FUENTES DE FINANCIACIÓN
CONSIDERACIONES ÉTICAS
CONFLICTOS DE INTERESES
no se encuentran muy elevados en el presente caso, puede
estar relacionado con la toma temprana del biomarcador,
el cual fue realizado a las 10 horas del inicio del cuadro.
La elevación suele ocurrir entre 22 a 26 horas después del
inicio de los síntomas. Además, se ha descrito una mayor
elevación del BNP con el patrón típico de balonamiento
apical en comparación con las otras variantes.
La ecocardiografía transtorácica como se describió es útil
para evidenciar los patrones de afectación característicos,
descarta complicaciones como LVOTO, insuficiencia mitral,
trombos apicales o compromiso del ventrículo derecho,
además de ser una estrategia útil para el seguimiento y
verificar la recuperación completa de la función cardiaca.
15,16
La resonancia magnética cardiaca permite evaluar en forma
más precisa el ventrículo derecho y realizar diagnóstico
diferencial con miocarditis e infarto de miocardio. Los
hallazgos característicos son edema miocárdico transmural
con hiperintensidad en imágenes ponderadas de T2 sobre
el territorio de disfunción cardiaca y la ausencia de realce
tardío de gadolinio. En este caso, el estudio fue realizado
después de 9 días del evento agudo, sin evidencia de
dichas alteraciones permitiendo descartar infarto agudo de
miocardio, miocarditis aguda y otras cardiopatías.
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La arteriografía coronaria es necesaria para descartar el
SCA clásico e incluso la disección coronaria, sin embargo, no
todos los pacientes la requieren. La enfermedad coronaria
subyacente puede estar presente hasta el 15% de pacientes
con STK. El trastorno de contractilidad que se extiende
más allá del territorio de irrigación de la arteria coronaria
epicárdica es una de las características más importantes que
lo distingue de la enfermedad coronaria.
7,16
En este caso no se
consideró la estratificación invasiva debido al compromiso
característico medio ventricular en la ecocardiografía y
por tratarse de una paciente joven sin factores de riesgo
cardiovasculares con resonancia magnética libre de lesiones
isquémicas u otras alteraciones.
En cuanto al tratamiento, no existen ensayos clínicos en
la fase aguda, los diferentes estudios hablan del manejo de
soporte con el fin de reducir el riesgo de complicaciones.
Todo paciente con STK requiere vigilancia mínima por
48 horas, se debe realizar monitorización continua con
electrocardiograma sobre todo si hay prolongación del
QT por el riesgo de arritmias ventriculares.
1
En caso de
insuficiencia cardiaca la terapia se basa en alivio de la
congestión y el soporte hemodinámico. Si se presenta
choque cardiogénico, como ocurrió en el presente caso,
es fundamental descartar LVOTO mediante ecografía
transtorácica (gradiente >40 mm Hg y presión arterial
sistólica <110 mm Hg), ya que debido a la hipercontractilidad
basal se produce un impedimento de la sístole ventricular
izquierda, contraindicando el uso de inotrópicos. A la
espera de la resolución del choque cardiogénico, se pueden
usar dosis bajas de beta bloqueadores según tolerancia
para reducir la hipercontractilidad basal y mejorar la
obstrucción. Se considerará además el uso de vasopresores
para mantener la perfusión sistémica y dispositivos de
asistencia ventricular o incluso terapia con membrana de
oxigenación extracorpórea.
1,5
En nuestro caso puntual se
descartó obstrucción del tracto de salida del VI y por ende
se benefició del tratamiento con inotrópicos y vasoactivos.
En cuanto al pronóstico, la mortalidad hospitalaria se estima
en un 5%, con una recuperación en promedio entre una y
dos semanas, sin embargo, se ha descrito desde 48 horas
hasta 6 semanas.
Una vez estabilizado el paciente el uso de beta
bloqueadores se ha asociado con disminución de riesgo de
arritmias y rupturas cardiacas. La recurrencia es alrededor
del 2-4% por año y se puede manifestar pronto (4 días)
o aún hasta los 10 años. No existe evidencia de la terapia
común en insuficiencia cardiaca para estos pacientes, sin
embargo, los ensayos retrospectivos con inhibidores de la
enzima convertidora de angiotensina y bloqueadores de
los receptores de angiotensina han apuntado a disminuir el
riesgo de recurrencia y un discreto beneficio en sobrevida a
1 año.
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El beneficio de los beta bloqueadores a largo plazo es
neutro1 y no hay estudios con los inhibidores de neprilisina.