
de Medicina y Cirugía
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REPERT MED CIR. 2025;34(1):54-58
que casi la mitad de ellas ocurrieron en la comunidad. Es
importante destacar que la mayoría de estas muertes no están
relacionadas en forma directa con la infección por COVID-19.
Esto sugiere que pudieron haberse presentado demoras
en la búsqueda y en la obtención de atención médica, o
posiblemente se trata de casos no diagnosticados antes.
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Otro factor que podría contribuir al aumento de los
fallecimientos sin relación directa con la infección por
COVID-19, es un cambio emergente en la búsqueda de
atención médica. Durante la pandemia, se observó que
algunas personas, en especial las de edades extremas, con
enfermedades cardiovasculares y otras afecciones crónicas
de relevancia, mostraron una tendencia a evitar o retrasar
la búsqueda de atención médica debido a preocupaciones
sobre la exposición al virus o la sobrecarga del sistema
de salud. Esta reluctancia en buscar atención médica o
el retraso en el diagnóstico y tratamiento de condiciones
médicas, pudieron haber contribuido a un incremento de
las muertes no relacionadas con el COVID-19.
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En nuestros
resultados observamos que durante el periodo de aislamiento
obligatorio en Colombia, la mortalidad no fue exclusiva
a causa de la infección por SARS-COV-2, se registraron
diferentes patologías que afectaron diversos sistemas como
causantes de muerte. Esto indica que hubo otras condiciones
de salud que representaron un riesgo signicativo y
contribuyeron a la mortalidad durante ese periodo. Es
importante tener en cuenta que además de la pandemia por
COVID-19, se debía seguir abordando y brindando atención
adecuada a otras enfermedades y afecciones médicas para
evitar un incremento en la morbilidad y mortalidad en
general. En nuestra cohorte ya publicada que incluyó a
747 pacientes entre enero 2012 y junio 2015
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, se identicó
que la principal causa de muerte fue de origen cardiaco, de
manera especíca la súbita cardiogénica, la cual representó
cerca de la mitad (54.4%) de fallecimientos. Por lo tanto,
en comparación con las muertes anteriores a la pandemia
y durante el período de connamiento, las causas más
comunes fueron de origen cardiovascular, en particular la
muerte súbita y el infarto agudo del miocardio. Además, se
observó en la cohorte anterior una alta mortalidad debido a
anomalías cardiovasculares como la disección o el aneurisma
de la aorta, las cuales representaron 51.2% de las muertes
de origen cardiovascular
13
, mientras que estas condiciones
no ocurrieron en la nueva cohorte. Estos hallazgos resaltan
la importancia de continuar monitoreando y abordando de
manera adecuada las enfermedades cardiovasculares para
reducir la mortalidad en la población.
Las 29 autopsias realizadas a los óbitos fetales son un dato
signicativo. Aunque no se observaron malformaciones
durante el estudio, la principal causa de muerte fue la
insuciencia feto-placentaria. Esta situación podría ser
atribuible a la falta de controles prenatales adecuados y a una
disminución en las visitas a los centros de salud debido al
temor de acudir al médico por el riesgo de contagio y al colapso
experimentado en el sistema de salud. En Italia se informó
aumento de las complicaciones durante el embarazo, el parto
y el puerperio, así como en algunas condiciones mórbidas
relacionadas con el período perinatal y el connamiento.
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Los anteriores datos destacan la importancia de mantener un
seguimiento adecuado durante el embarazo y de garantizar el
acceso a la atención médica prenatal, incluso en situaciones
de crisis como la pandemia.
En algunos estudios se detectó una disminución
signicativa en las visitas a los servicios de urgencias durante
la pandemia. Fue más pronunciada para enfermedades
infecciosas y parasitarias (83%), afecciones de la piel y
tejido subcutáneo (80%), y anomalías congénitas (78%).
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Además, se observó una notable baja en las visitas de
urgencias por problemas cardiovasculares (58%). Se registró
una disminución signicativa en las visitas relacionadas
con condiciones potencialmente mortales como cardiopatía
isquémica (49.7%), hemorragias intracraneales (33.3%) y
trastornos cerebrovasculares isquémicos (45.8%).
14
Otros estudios han evidenciado que las personas que
evitaron consultar al servicio de urgencias o se negaron a
recibir atención médica por causa del aislamiento secundario
a la emergencia sanitaria, incidieron de manera importante
en la cantidad de muertes no relacionadas con COVID-19.
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En Estados Unidos se registraron causas de mortalidad no
relacionadas con COVID-19 con una tasa anual promedio de
97.000 más que las tendencias anteriores.
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La mortalidad por
todas las causas durante la pandemia se elevó en 26% para
los adultos en edad laboral, en comparación con el 18% para
los ancianos. Las causas de muerte de origen cardiovascular,
diabetes, consumo excesivo de alcohol y sustancias
psicoactivas fueron las causas más representativas.
17,18
Otros estudios demostraron un aumento signicativo
en la mortalidad durante la pandemia de COVID-19, en
comparación con los meses anteriores para enfermedades no
relacionadas con la infección por SARS-COV-2.
17
Reportaron
un incremento de 16% en la mortalidad por enfermedades
no relacionadas por COVID-19, en comparación con 11%
durante el período anterior a la pandemia.
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Por otro lado, la mortalidad extrahospitalaria atribuible
a enfermedades neoplásicas, cardiovasculares y del sistema
endocrino, mostró un aumento signicativo sobre todo
durante las semanas de connamiento, mientras que para
otras afecciones aún se desconocen las consecuencias de la
pandemia en pacientes no COVID-19.
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Basados en lo mencionado se puede armar que muchas
personas evitaron acudir a hospitales debido al temor de
contraer COVID-19.
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Esta preocupación se ha evidenciado
en una encuesta realizada por Health Foundation e Ipsos
Mori, en la cual se encontró que 47% de las personas se
sentirían incómodas asistiendo al hospital más cercano
en caso de necesidad, y tres cuartos de ellas (76%)
estarían preocupadas por exponerse al virus.
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Estos
hallazgos destacan la inuencia del miedo al contagio en
el comportamiento de las personas y en su disposición a
buscar atención médica durante la pandemia.