
de Medicina y Cirugía
REPERT MED CIR. 2025;34(2):147-152
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con satisfacción y en forma segura. Por ello la provisión de
información en cuanto a salud sexual y reproductiva debería
contemplarse como obligatoria pues su conocimiento es la
base para dirigir las actitudes y reducir los comportamientos
sexuales de riesgo.
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Hubacher y col. en 2015 describieron que los métodos
anticonceptivos modernos son productos o procedimientos
médicos que intereren con la reproducción, estos se
pueden clasicar en reversibles de corta o larga duración
(píldora, parche, anillo vaginal, dispositivos intrauterinos,
inyectables, implante subdérmico, diafragma, y preservativo)
o no reversibles (esterilización femenina y masculina).
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Hoy
en día la anticoncepción reversible sigue siendo el método
más usado en mujeres jóvenes, debido a que la población
del estudio es universitaria. El enfoque de la investigación
se centró en los MAC reversibles de corta y larga duración.
Es importante resaltar que el 11 de marzo de 2020 la
OMS declaró la infección por COVID-19 como pandemia, lo
que generó una desestabilización en los sistemas de salud
que fue necesario restructurarlos para intentar adaptar su
cadena de suministros a la situación actual. Asimismo, los
servicios de salud sexual y reproductiva se vieron afectados
por las directrices trazadas.
El conocimiento adecuado y el acceso a los diferentes
MAC era un reto antes del inicio de la pandemia pero con la
llegada de esta se reportaron más embarazos no planicados
y no deseados en todos los países, pero en especial los que
se encuentran en vía de desarrollo.
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Según lo informado por las participantes, la prevalencia
del uso de MAC antes del connamiento era de 68.3%,
encontrando diferencia estadística signicativa con las
variables de edad y estrato socioeconómico. Esto podría
deberse a que la edad en la mayoría de las universitarias
estaba entre 21 y 23 años, lo que sugiere que cursaban un
período académico avanzado y tenían mayor conocimiento
de la importancia de la planicación. Un hallazgo interesante
fue que las participantes del estrato seis eran las que menos
reportaban el uso de MAC.
Durante el tiempo de connamiento, 43.7% de las
participantes continuaron una vida sexual activa,
considerándose un porcentaje importante debido a las
restricciones y medidas de prevención gubernamentales para
mitigar la propagación del virus. Esto podría sugerir que
estas medidas no se acataron en su totalidad ya que 96% de
la muestra reportaron estar solteras para este tiempo. Más de
50% continuaron utilizando el MAC durante el connamiento,
datos que dieren de los reportados en el estudio de Phelan y
col. en 2021, quienes encontraron que 72% no usaban MAC
y solo 22% anticonceptivos hormonales.
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Respecto al uso de MAC, la elección depende de las
necesidades de cada mujer, sin embargo, dentro de las
recomendaciones para los tiempos de pandemia está
la posibilidad de inserción de métodos LARC, como
dispositivos intrauterinos e implantes anticonceptivos a
las nuevas usuarias.
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Ferreira y col. en 2020 indicaron en
su estudio que a todas las mujeres se les debería garantizar
acceso a los LARC e información sobre su ecacia.
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En 2019, Kara y col.
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reportaron que 47,4% de los
estudiantes de la salud que tenían conocimientos sobre
anticoncepción nunca habían utilizado un MAC en su vida y
al igual que en nuestro estudio, el principal anticonceptivo
fue la píldora en más de 50% de la muestra.
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El bajo uso de LARC también es otro reto que se debe
contemplar, ya que como se mencionó antes, estos son la
mejor opción tanto por la situación vivida como de costo-
benecio. En 2019, Guida y col.
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describieron que en
mujeres que asistieron a un servicio de planicación familiar
en Italia, los LARC no fueron preferidos por la población
joven, a pesar de ser las más recomendados para esta etapa
de la vida.
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En cuanto a las razones para no continuar con métodos
anticonceptivos, Correa y col. en 2020
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describieron en su
estudio que cuatro de cada diez mujeres durante la pandemia
abandonaron el uso de anticonceptivos modernos por
dicultades de aprovisionamiento en servicios públicos de
salud o bien por las medidas de contingencias determinadas
por el gobierno. En nuestro estudio se encontró un bajo
porcentaje, mientras en otros más de la mitad de las
encuestas no siguieron con su MAC debido al riesgo de
contagio por COVID-19.
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Para mayor prevención de embarazos, lo indicado es que
las jóvenes tengan una elección de MAC y la complementen
con el uso del preservativo. Sin embargo, 87% de las
participantes declaró haberlo usado algunas veces antes del
connamiento, ninguna lo usaba siempre, pero esto cambió
en tiempo de connamiento cuando 35% lo usaba siempre.
Esto podría deberse a que el interés de prevenir un embarazo
con un anticonceptivo es mayor en esta población, y no
tanto el riesgo de exposición a ITS.
17,18
Todas las participantes que vivieron en la misma
residencia con su pareja durante el connamiento,
mantuvieron el uso de MAC. En ninguno de los tipos de
estado civil se reportó embarazo no planicado al igual
que en el estudio de Caruso y col. en 2020.
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En contraste
Velásquez y col. en 2019, encontraron que 31% de los
adolescentes de su estudio rerieron no haber utilizado
ningún método de anticoncepción y la razón que más resaltó
fue por haber tenido relaciones inesperadas en 18% de los
participantes.
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Parecido a nuestro estudio, que 40.7% no
continuó utilizando el MAC que había empleado antes del
connamiento, porque 97.1% no les parecía necesario su
uso y 38.9% nunca utilizó preservativos.
Se sugiere implementar estrategias de promoción y
prevención en lo que respecta a salud sexual y reproductiva
en las instituciones de educación superior, con el n de
velar por el bienestar integral de sus estudiantes.
20,21
Una de las limitaciones de este estudio radica en que la
muestra no es tan amplia para estimar un panorama de todo
el país, sin embargo el tamaño se compara con la de otros
estudios realizados en este mismo período. Además, teniendo