
de Medicina y Cirugía
REPERT MED CIR. 2025;34(1):104-109
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Esta reexión surge de un trabajo de investigación
realizado por el Semillero Salud Pública de la Fundación
Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS) en la localidad
de Los Mártires, que ejemplica estas comunidades urbanas
vulnerables. Se destaca la necesidad de profundizar en los
DSS y su relación con la desnutrición infantil, para diseñar
políticas públicas con y para la comunidad, promoviendo
procesos de apropiación social del conocimiento (ASC) y
mejorando las condiciones nutricionales a largo plazo.
Contexto epidemiológico de la desnutrición crónica en
la primera infancia
Se estima que, a nivel mundial, el número de menores
de cinco años con diferentes formas de desnutrición
es de 200 millones de casos, con cerca de diez millones
correspondientes a Latinoamérica y el Caribe. Colombia
dentro de la región ocupa el octavo lugar por prevalencia
con cerca de 560.000 casos (10.8%), según la encuesta
ENSIN 2015, cifra que puede ser mayor por fenómenos
como la migración fronteriza y la pandemia por COVID-19.
Bogotá DC, presentó para 2020 una prevalencia de DNTC
infantil en todas sus formas mayor que el promedio nacional
(15.5%), concentrándose en las localidades más pobres y
vulnerables como Usme (17,0 %), Sumapaz (16,4%), Los
Mártires (16.2%) y Ciudad Bolívar (13,5 %).
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La DNTC infantil como factor de inequidad social
La DNTC infantil tiene enormes implicaciones económicas
y sociales, relacionándose con algunos resultados negativos
en salud como la mortalidad infantil. En la última década,
56% de las muertes de menores de cinco años en países
en desarrollo fueron consecuencia directa o indirecta de
deciencias nutricionales, representando 21% de los años
de vida ajustados en función de la discapacidad (Daly),
perdidos en países de ingresos medios y bajos.
7,8
Los procesos de DNTC infantil envuelven costos sociales
directos e indirectos relacionados no solo con mayor
mortalidad, sino también con la morbilidad y costos
monetarios, incluyendo el que representa la disminución
cognitiva de los menores, el ingreso tardío al sistema
educativo y una mayor deserción escolar, repercutiendo
en menor productividad laboral y sobre el crecimiento
económico del país.
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Dadas estas características, la DNTC representa una pérdida
y alteración de los recursos de un país. La concentración
de DNTC infantil en los estratos socioeconómicos bajos se
convierte en causa y consecuencia de desigualdades (por
el efecto empobrecedor que genera entre los afectados),
creándose un círculo vicioso. En América Latina es evidente
esta relación en la mayoría de los países, donde la DNTC
infantil ocupa los primeros lugares entre los hogares del
quintil más pobre en comparación con los hogares promedio,
evidenciando su invariable relación con la pobreza.
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Este hecho tiene implicaciones importantes en términos
de políticas públicas para los diferentes países, de manera
que para reducir la DNTC infantil es crítico actuar en los
hogares más pobres y como consecuencia disminuir la
desigualdad en su distribución. Por esta razón, no solo es
necesario comprender las causas subyacentes, sino que
es fundamental analizar las variables relacionadas con su
distribución socioeconómica, ya que algunas podrían no ser
determinantes directas, pero sí relevantes para explicar su
distribución.
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El marco conceptual de los DSS y la nutrición de
comunidades vulnerables
En la actualidad los DSS son los elementos conceptuales
esenciales de la salud pública para explicar el efecto de
las inequidades sociales sobre las condiciones de vida
y de salud, permitiendo orientar las políticas públicas
pertinentes. Los DSS, se reeren a las “condiciones en
las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y
envejecen que permiten explicar las diferencias existentes
entre las diversas comunidades en relación con las
condiciones de vida y salud” y también para proponer
políticas públicas y estrategias de intervención. Uno de los
modelos teóricos adoptado por la Comisión de DSS de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2005, con base
en las reexiones de académicos como Marmot, Wilkinson
y Whitehead, los identica como “estructurales” e
“intermediarios”
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(gura 1).
Los DDS estructurales, denen la posición socioeconómica
y las desigualdades en salud, afectando la vulnerabilidad
y el acceso a recursos. En este grupo de DSS la posición
social juega un papel fundamental, dado que los grupos
sociales con mayor acceso a recursos materiales, sociales y
educacionales, entre otros, resultan menos vulnerables y
tienen mayores posibilidades para mantener o mejorar su
estado de salud. Por el contrario, cuando la posición social
limita el acceso a tales recursos, aumenta la vulnerabilidad.
Por otra parte, los determinantes “intermediarios” son
aquellas condiciones materiales en que las personas viven
y se desenvuelven, incluyendo circunstancias psicosociales
o socio-ambientales, factores comportamentales y al sistema
de salud.
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Estos DSS son universales, pero varían según las
comunidades. En las urbanas vulnerables, la DNTC infantil
se ve afectada por la desigualdad social y económica,
limitando el acceso a una adecuada alimentación debido a
dicultades de acceso a recursos y problemas estructurales
arraigados en la sociedad, como las prácticas y hábitos
alimenticios.
Dentro de los anteriores, se ha demostrado que a mayor
nivel educativo mejoran las prácticas de alimentación y
cuidado de la salud. Por otra parte, el desempleo tiende
a afectar en forma negativa la seguridad alimentaria
de los hogares y exacerba los procesos de desnutrición
infantil. El contexto étnico es también un determinante
signicativo en la desnutrición; las poblaciones indígenas
y afrodescendientes enfrentan desafíos adicionales por
limitaciones en el acceso a recursos básicos, impactando en
la nutrición de estos grupos.
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