ARTÍCULO DE REFLEXIÓN

CARACTERÍSTICAS DEL CIBERACOSO Y PSICOPATOLOGÍA DE LAS VÍCTIMAS

Fecha recibido: enero 15 de 2018

Fecha aceptado: febrero 5 de 2018

Yormar Torres-Montilla MDa , Jorly Mejia-Montilla MDb, Eduardo Reyna-Villasmil MD c

Correo electrónico autora principal Dra. Yormar Torres: arado1900@gmail.com.

Correspondencia a: Dr. Eduardo Reyna-Villasmil¨ e-mail: sippenbauch@gmail.com

a,b,c Facultad de Medicina. La Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.

Resumen

El ciberacoso es una nueva forma de intimidación y acoso diferente a las formas tradicionales, que ha demostrado efectos sobre la aparición de psicopatologías. Las experiencias previas o actuales de acoso tradicional se asocian con la aparición de conductas que pueden llevar a la aparición de víctimas y/o agresores por internet o por diferentes medios electrónicos de comunicación, ya que parece haber mayor facilidad para que se produzca el proceso de intimidación y que luego de un tiempo las víctimas se conviertan en agresores, lo que es más común que en el acoso tradicional. Las víctimas y los agresores tienen problemas emocionales, psicosomáticos, dificultades sociales y académicas. La psicopatología que se produce incluye estrés emocional, ansiedad social, consumo de sustancias psico-activas y se relaciona con la aparición de tendencias suicidas. Se deben realizar estudios para evaluar los diferentes factores que pueden favorecer el ciberacoso tanto en grupos de niños y adolescentes como en adultos, en un intento por evitar o limitar los efectos, ya que no existe consenso claro en la literatura sobre cómo prevenir o gestionar los efectos del ciberacoso en las victimas. El objetivo de esta revisión fue evaluar las posibles asociaciones entre las características del ciberacoso y la psicopatología de las víctimas.

Palabras clave: ciberacoso; psicopatología; acoso; intimidación.

© 2018 Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http:// creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

SUMMARY

Cyberbullying is a new form of intimidation and harassment, different from traditional ways, and has been shown to have effects on the appearance of psychopathologies in those subjects who suffer it. Previous or current experiences of traditional harassment are associated with the appearance of behaviors that can lead to harassment appearance in victims and/or aggressors by different electronic means. Due to the specific nature of the Internet and other electronic means of communication between individuals, there seems to be more easily for the process of intimidation to occur and, after a time, the victims who become aggressors, which is more common than in traditional harassment. Victims and the aggressors have emotional and psychosomatic problems, social and academic difficulties. Psychopathology that occurs in subjects, which includes emotional stress, social anxiety, and consumption of psychoactive substances, is related to appearance of suicidal tendencies. Studies should be carried out to evaluate the different factors that may favor cyberbullying both in groups of children and adolescents and in adults in an attempt to avoid or limit the effects, since there is no clear consensus in the literature on how to prevent or manage the effects of cyberbullying in victims. The objective of this review was to evaluate the possible associations between characteristics of cyberbullying and psychopathology of victims.

KEYWORDS: Cyberbullying, Psychopathology; Harassment; Intimidation

© 2018 Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - FUCS. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

Introducción

El acceso a internet y la mensajería de texto han influido en la interacción social entre las personas, que ahora se comunican a diario con diferentes sujetos a un mismo tiempo, afectados por el contacto inmediato y sus posibles repercusiones, que en algunos casos pueden ser dañinas.1 Las nuevas formas de violencia por medios electrónicos tienen efectos potenciales sobre la salud mental de los individuos.2

El ciberacoso, también conocido como acoso electrónico o cibernético, tiene una tasa de reportes desde 5% hasta 20%.3 La aparición de este fenómeno está asociada con el amplio uso de medios electrónicos. Se ha demostrado que cerca de 97% de los usuarios encuestados usan el internet más de una vez por semana.4 Aunque varios efectos negativos han sido investigados en relación con las formas tradicionales de acoso, diferentes estudios han demostrado que en ciberacoso podría tener efectos marcados sobre la aparición de psicopatologías tanto individuales como sociales. Esto quizá sea el resultado de la gran “desproporción de poder”, lo cual se produce debido a que las víctimas no conocen o no desean saber la identidad del acosador. Otro aspecto del ciberacoso es la forma de hacerlo, el agresor no solo permanece en el ambiente académico o laboral, sino que continúa en el hogar. La forma más común es con mensajería de texto, seguido por el uso de internet e imágenes. Los efectos incluyen aumentos marcados del estrés, ansiedad, baja autoestima, uso problemático de internet y juegos en línea, cibercondría, posibilidad de conductas suicidas, pactos de cibersuicidio y fracaso escolar.4

Es lógico pensar que la mayor penetración de internet aumente en forma directamente proporcional el ciberacoso cibernético. Sin embargo, no solo ha cambiado la cantidad de personas en línea, sino también cómo están conectadas entre sí.5 La última década ha sido testigo del ascenso de las "redes sociales", grandes grupos de individuos en línea que, por lo general, solo están vinculados de manera superficial. La hiperconectividad por teléfono y las redes sociales facilitan el ciberacoso. El objetivo de esta revisión fue evaluar las posibles asociaciones entre las características del ciberacoso y la psicopatología de las víctimas.

Definición de ciberacoso

Lo que la mayoría de los conocedores e investigadores ahora llaman "ciberacoso" ha recibido varias designaciones, que incluyen "acoso cibernético", "agresión en línea", " intimidación y acoso por internet" y "victimización cibernética."6 La "agresión electrónica" parece ser priorizada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, tal vez porque resta importancia a las nociones "tradicionales" del ciberespacio y capta mejor formas nuevas de agresión con tecnología habilitada, como a través de plataformas móviles.5

Las diferentes designaciones se refieren en esencia al mismo fenómeno, definido como "cualquier comportamiento realizado a través de medios electrónicos o digitales por individuos o grupos que comuniquen repetidamente mensajes hostiles o agresivos destinados a infligir daño o incomodidad a otros."6 Esta definición parece ser la más integradora, ya que destaca varias características importantes de ciberacoso: el componente tecnológico, la naturaleza hostil del acto, la intención de causar sufrimiento, considerado por la mayoría de los conocedores e investigadores como crucial para la definición y la repetitividad.7

La preeminencia de la repetición ha sido cuestionada porque un único acto agresivo puede "repetirse" en línea al ser compartido y enviado por nuevos "agresores". Un solo ataque puede tener un efecto inmenso debido a la naturaleza casi permanente de las publicaciones en línea, donde el contenido difamatorio no se puede eliminar fácilmente. Por estas razones, otras definiciones de ciberacoso han minimizado la repetición. La del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, por ejemplo, describe la agresión electrónica como "cualquier tipo de acoso o intimidación que se produce por correo electrónico, chat, mensajería instantánea, sitio web (incluidos los blogs) o mensajes de texto."7 Esta falta de una definición establecida e incertidumbre de la terminología utilizada para describir el ciberacoso han contribuido a la inconsistencia en los datos de investigación.

La definición general del acoso tradicional ocurre cuando una persona se vuelve víctima de conductas peligrosas que se repiten en el tiempo con desproporción del poder y en la cual él/ella no pueden hacer nada al respecto.4 El ciberacoso, por otra parte, se refiere al uso del internet como un medio por el cual esta conducta peligrosa es infringida hacia una persona específica e implica el uso de medios electrónicos con la intención de causar daño, humillación, sufrimiento, miedo y desesperación a la persona que es el objeto de la agresión.8 El término se deriva de comportamientos de intimidación tradicionales, como abuso verbal, burlas, insultos y amenazas, así como agresión física, como golpear, patear o dañar las pertenencias de los demás. Tales comportamientos deben ocurrir repetida y sistemáticamente contra una persona que fracasa o no puede defenderse, para ser clasificado como intimidación.9

El ciberacoso puede ocurrir en cualquier momento durante la noche o el día, dejando a la víctima sintiéndose sin salida mientras esté en línea o usando su teléfono. Otra consecuencia devastadora es que los mensajes e imágenes dañinos pueden ser rápidamente distribuidos a un gran número de personas.10 La combinación de estos factores ha llevado a las víctimas del ciberacoso que teman por su seguridad en todo momento.3 Además, se ha descrito como las víctimas pueden presentar más alteraciones de la salud, problemas emocionales y académicos, junto con relaciones de menor calidad con compañeros o amigos comparados con aquellos sujetos que no son intimidados.10

Es posible que el anonimato en línea agrave el problema, ya que es más fácil atacar. Esto tiene dos consecuencias. Al promover la desinhibición, el anonimato lleva a una agresión acentuada y más frecuente debido a que el agresor puede sentirse fuera del alcance e inmune de una posible respuesta. También puede producir alteraciones continuas en la víctima amenazada, ya que desconoce quién está detrás de los ataques y de quién debería protegerse.11

Se ha propuesto una clasificación de ciberacoso según la naturaleza de los ataques y el tipo de medio utilizado.12,13

Los primeros tres tipos se realizan a través de teléfonos móviles e incluyen

lo siguiente:

  1. Intimidación por llamada de teléfono móvil (ejemplo, llamada abusiva

silenciosa.

  1. Intimidación con mensaje de texto (a través de un escrito abusivo).

  2. Intimidación mediante imágenes/videos (incluye tomar una foto o un clip de

otra persona para usarlo de manera abusiva, por ejemplo, enviárselo a otros

o subirlo a un sitio web para avergonzar a un objetivo).

incluyen lo siguiente:

1. Intimidación por correo electrónico (envío o recepción de textos abusivos).

2. Acoso en la sala de chat (siendo abusivo o abusado en las características de

la sala de chat).

3. Acoso a través de mensajería instantánea (por ejemplo, un agresor puede

interactuar con comunidades en línea para ver si su objetivo está conectado y

enviar mensajes instantáneos maliciosos.

  1. Intimidación a través de sitios web (por ejemplo, crear un sitio web con

contenido abusivo para una persona específica).

El ciberacoso puede lograr mayor audiencia que el acoso tradicional, ya que ocurre en el espacio virtual, donde se permite la libre expresión sin control social. Se han sugerido tres condiciones que deben cumplirse para que un comportamiento se considere "acoso cibernético": debe ser intencional, ocurrir repetidamente y causar angustia psicológica.5 El principal daño causado es a la reputación de la víctima, con repercusiones que pueden ser incluso mayores, más severas y prolongadas que con el acoso tradicional.

Características del ciberacoso

Frecuencia

La frecuencia del ciberacoso es difícil de estimar y puede ocurrir en una frecuencia menor a la de otras intimidaciones tradicionales. Sin embargo, se estima que puede afectar a 10-20% de los sujetos de diferentes grupos etarios. Varios factores contribuyen a esta variación: falta de definición establecida, heterogeneidad de las muestras seleccionadas y diferencias en las metodologías de estudio.14 Una variable metodológica importante con impacto directo en las tasas de prevalencia es el período durante el cual se pregunta a los sujetos respecto a los estudios (por ejemplo, mes previo al estudio, semestre actual o durante la vida), porque los períodos más largos a menudo arrojan tasas más altas.

Otra razón para esta diferencia es la disposición a denunciar el ciberacoso. Debido a que existe la probabilidad de que los agresores denuncien menos el comportamiento mal visto y porque el ciberacoso a menudo es más fácil de ocultar, los estudios que se centran en las victimas probablemente subestiman el problema. No obstante, los estudios de las victimas pueden tener aspectos poco confiables debido al sesgo social o tendencia de las víctimas a responder preguntas de la investigación de manera que los investigadores los consideren favorables.15 Sin embargo, los informes con víctimas de ciberacoso también pueden ser menos precisos, por el temor a perder el acceso a la tecnología o el castigo por parte del agresor o por la vergüenza de ser percibidos como débiles, en especial en los niños y adolescentes.14

Los casos de ciberacoso se relacionan con estrés emocional y respuestas psicológicas negativas como ira, miedo y depresión.14,16 Agresores y víctimas pueden tener antecedentes de acoso escolar, lo que sugiere continuidad y superposición entre acoso tradicional y ciberacoso.3,17 Debido a la importancia de los espacios virtuales para la interacción social, las interacciones virtuales negativas podrían producir psicopatologías asociadas con el ciberacoso dependiendo de la edad: problemas académicos y sociales, depresión, baja autoestima y hostilidad.

El problema del ciberacoso ha sido abordado, en gran parte, como uno juvenil, ya que existen pocos datos, incluida la información sobre su frecuencia, en adultos. Esto a pesar de tres décadas de interés en el acoso en el lugar de trabajo como un problema potencialmente grave.18 Entre los adultos, el "acecho cibernético", definido como la búsqueda repetida de un individuo a través de los medios inter-relacionados, se ha comparado con el ciberacoso y se describe como relativamente común.19

Se han descrito otras formas de ciberacoso en adultos que tienen ciertos paralelismos con el ciberacoso juvenil e incluyen: publicar, enviar por correo electrónico o mensajes de texto con mensajes ofensivos; intercambio en línea de información muy sensible para los individuos; publicación de declaraciones ofensivas para provocar diferentes tipos de reacciones embarazosas y publicación no autorizada de material sexualmente explícito como venganza.20 La frecuencia de estos comportamientos es desconocida.


Grupo etario

La asociación entre edad y posibilidad de ser víctima de ciberacoso no está clara. Este es un problema que pueden experimentar individuos en cualquier edad o momento de la vida. Aunque los sujetos de diferentes edades pueden ser víctimas, la mayoría de las investigaciones se dirigen a los adolescentes. Los diferentes rangos de edad estudiados pueden explicar los resultados contradictorios, ya que estudios con rangos limitados sugieren que a medida que la edad aumenta, también lo hace el número de víctimas 21, mientras que la mayoría de los estudios en amplios rangos de edad no han producido asociaciones significativas.16,22,23 Otra posibilidad es que la mayor frecuencia de víctimas de ciberacoso puede cambiar en forma no lineal en el tiempo, lo cual sugiere que la frecuencia podría ser menor en niños, aumentar en adolescentes y luego disminuir a medida que los sujetos maduran. Existen informes de investigaciones que han encontrado asociación significativa entre la edad y la posibilidad de ser víctima.5,14,16 Se ha reportado que los adolescentes de 13-14 años son más vulnerables a ser víctimas.16,21

Por el contrario, un estudio encontró una relación inversa entre la edad y la posibilidad de ser víctima, ya que demostró que los estudiantes de 12-15 años tenían más probabilidades de convertirse en objetivos que los estudiantes de 15-20 años.13 Otra investigación reveló que los alumnos de secundaria de 14-15 años eran más vulnerables del ciberacoso telefónico que los mayores o menores.14 Por otra parte, otro estudio internacional no encontró diferencias de edad en las victimas.23 Con estos datos se puede considerar que la cultura y no solo de acceso a la tecnología sofisticada, parece ser un determinante más importante del comportamiento hacia el ciberacoso que la edad.

Género

La investigación sobre el acoso tradicional por lo general indica una tasa más alta entre los hombres para realizarlo. Aunque las mujeres tienen mayores posibilidades de estar involucradas en contacto físico directo inadecuado y la probabilidad de que participen en formas indirectas o relacionales de intimidación. No obstante, existen reportes que indican que no existen diferencias particulares de género entre las víctimas que sufren ciberacoso.24 Los datos de encuestas son variables, pero sugieren mayores tasas de víctimas entre mujeres y de agresores entre hombres. Varios estudios proporcionan apoyo para considerar al género como predictor importante de las posibles víctimas.3,5,14,16,21

La mayoría de las investigaciones demuestran que las mujeres son más propensas a ser víctimas de ciberacoso comparado con los hombres. Se ha informado que ellas tienen más probabilidades de ser el objeto de intimidación por correo electrónico, además de que son más proclives a enviar o leer correos electrónicos, mientras los hombres están más dispuestos a otras actividades en línea.13,25 Las diferencias de género relacionadas con la actividad en redes sociales y medios electrónicos podrían atribuirse a algunos de los hallazgos de las diferencias con respecto al ciberacoso. Se ha descrito que más mujeres que hombres habían recibido mensajes de acoso e invitaciones sexuales no deseadas. Dado que las mujeres por lo regular realizan varias tareas en lugar de una sola, podrían ser más vulnerables al ciberacoso.26

A medida que se ha estudiado la agresión por medio del ciberacoso, los datos sugieren posibilidades más altas entre los hombres de ser víctimas, lo que parecería sugerir que las mujeres tienen tasas de agresión por medio de medios electrónicos más altas debido a su preferencia por la "agresión indirecta."5 No obstante, la mayoría de los estudios no encontraron diferencias de género significativas en relación con la agresión electrónica.13,16,21,25

Se ha propuesto que algunas víctimas del acoso tradicional pueden usar medios electrónicos como forma de venganza. Sin embargo, los resultados de estudios previos no han sido consistentes con esta hipótesis. Existe evidencia de que las mujeres cuando eran víctimas tendían a ser también víctimas cibernéticas.3 Los hallazgos respaldaron la hipótesis entre las niñas pero no entre los niños. Una posible explicación podría ser que en el ciberespacio las mujeres pueden esconderse detrás del anonimato. Las niñas/mujeres que son acosadoras pueden ser más débiles que aquellas personas a las que intentan asustar. También es posible que la aparición de victimas a través de redes sociales conduzca al fenómeno de enfrentar a las víctimas cara a cara.

Factores psico-sociales

Los factores analizados en las victimas de ciberacoso dependen de la frecuencia, duración y gravedad de los ataques, así como de la identidad de la víctima.3,16 Un factor que contribuye es la nueva ecuación de poder que se le atribuye. La fuerza física ya no es un requisito para la intimidación.23,27 En lugar de ser físicamente más fuertes, los agresores tienden a ser conocedores de las tecnologías 28 y tienen mejor acceso a las víctimas, ocultan sus pistas electrónicas y aprovechan el repertorio de intimidación, que incluye robo de identidad, piratería informática, alteración de las computadoras de la víctima, suplantación de identidad o publicación de contenido embarazoso.21 El menor papel del poder físico es el fenómeno de "víctima del acoso", por lo que podría ser fácil objetivo de ataques y posteriormente convertirse en agresor.29 Los sujetos con este patrón de comportamiento pueden correr un riesgo alto de desarrollar diversas psicopatologías.

Los agresores cibernéticos manifiestan varias características de alteración del comportamiento en la esfera psicosocial. Por una parte presentan niveles más bajos de conductas socialmente deseables, así como niveles altos de agresión proactiva y reactiva. También muestran de manera significativa menor empatía y mayor agresión en su entorno.30 Problemas de conducta, hiperactividad, uso de sustancias psico-activas o ilícitas y conductas antisociales también fueron mayores entre los agresores.3,16 Las personas que muestran problemas de concentración pueden tener tendencia al desarrollo de ciberacoso.31 La falta de apoyo social también es un factor de riesgo significativo. Los acosadores también son más propensos a ser acosados.16,23,31 Es probable que las víctimas con alta agresión reactiva y baja empatía tomen represalias y se conviertan en agresores y pueden, por lo tanto, responder a los ataques convirtiéndose en agresores.

Las víctimas/agresores tienen más problemas de conducta, consumo de sustancias psicoactivas y depresión, comparado con el papel de víctimas o agresores solo. Este grupo también muestra con niveles altos las posibilidades de ser víctima y agresor en la vida diaria, tener pobre vinculación emocional con familiares-amigos y la asociación con delincuentes.3 Por lo tanto, deben recibir ayuda ya que presentan problemas y resultados psicosociales negativos.

Tecnologías usadas en el ciberacoso

Las diferentes tecnologías para realizar el ciberacoso varían en frecuencia y efecto.32 Los sujetos en general perciben que el ciberacoso tiene un impacto igual que el acoso tradicional. Sin embargo, el uso de imágenes y videos de intimidación se percibe con mayor impacto que el acoso tradicional, ya que puede ser catastrófico debido a que el material se distribuye ampliamente y es difícil de eliminar, produciendo efectos psicológico y emocional negativos a largo plazo.17 Debido a la naturaleza intemporal de esta tecnología, la tortura psicológica puede persistir a lo largo de la vida.

Otras características demográficas

Existen datos limitados sobre otras características del ciberacoso, incluidas variables socioeconómicas, raza, región geográfica (urbana vs. suburbana) o tipo de escuela (pública, privada, religiosa, no religiosas). Estudios previos han sugerido alta cantidad de victimas por ciberacoso en homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales.17 Un análisis reveló que las mujeres, los sujetos de razas diferentes a la blanca y los no heterosexuales experimentaban ciberacoso de manera desproporcionada.33

Los datos acerca de las diferencias entre las víctimas de ciberacoso y las tasas de agresión entre los países también son limitados.21 Del mismo modo, las características demográficas de las víctimas y agresores del ciberacoso no se han estudiado en forma adecuada.

Efectos del ciberacoso

Los factores de riesgo psicosociales asociados con el ciberacoso tienen un papel directo en la psicopatología en víctimas, agresores y aquellos que son al mismo tiempo víctimas y agresores. Cursa con estrés emocional3,16, ansiedad social 22, consumo de sustancias psicoactivas o ilícitas34, síntomas depresivos16,17,35 e intentos de suicidio.17,25,34

Psicopatología

Las victimas del ciberacoso sufren durante más tiempo las consecuencias psicológicas y sociológicas que aquellas del acoso tradicional. Algunas han mostrado en la edad adulta síntomas psicológicos, mentales y sociológicos de traumas secundarios al ciberacoso en la infancia. Las respuestas de las victimas del ciberacoso varían en intensidad, duración y propiedades.36 Al evaluar el posible impacto emocional de diferentes formas de ciberacoso, más de dos tercios de los sujetos experimentaron emociones negativas como ira, malestar, preocupación, estrés, miedo y "sentimientos depresivos", mientras que solo la cuarta parte no les importaron los incidentes. Este aspecto es dañino para las víctimas, aunque la capacidad de adaptación y la evaluación positiva de esta situación estresante o las fortalezas propias como alta autoestima y autoeficacia, podrían minimizar los aspectos negativos en algunas víctimas. La ira fue la emoción reportada más común14 y las publicaciones que dañan la reputación o lesionan su interacción social y sus amistades tienen un papel importante.1

Los niños y adolescentes deben estar protegidos del trauma del ciberacoso. Las repercusiones a corto, mediano y largo plazo son complejas y preocupantes. Estas víctimas pueden manifestar síntomas psicosomáticos variados, como cefalea y dolores abdominales cuando se los acosa por vía cibernética. Casi una cuarta parte refieren temor por su seguridad, lo que indica un posible trauma. Los efectos a mediano y largo plazo pueden incluir trastornos psicológicos, inclusive depresión. Si habían sido acosadas por adultos, extraños o un grupo, entre 31 y 46% informaron temer por su seguridad.3

Las victimas pueden sufrir ataques verbales y visuales anónimos. Esto aumenta el miedo y la inseguridad. Cuando el agresor es una persona o grupo de personas desconocidas, las víctimas pueden temer por su bienestar físico.12,22 Las agresiones en línea pueden ocurrir en cualquier momento y en un ambiente seguro para la víctima. La mayoría de los sujetos, en especial los adolescentes, no denuncian el incidente y la razón principal que expresan es que necesitan aprender a lidiar con sus propios problemas. También temen que los padres limiten el uso del internet y cualquier otro medio electrónico, lo que llevaría al aislamiento social.13,35

Las personas afectadas han informado problemas académicos y laborales: calificaciones bajas, concentración deficiente, deterioro de la relación con compañeros, problemas sociales, llevar armas a la escuela, ser suspendido y sufrir detenciones. Esto indica que el ciberacoso interrumpe el entorno de aprendizaje y trabajo de las víctimas. Junto con esta perturbación se ha observado aumento de problemas somáticos y para dormir, además de vínculos emocionales negativos con familiares y amigos.3,16 También presentan síntomas de ansiedad social, mayor agresión interpersonal y menor empatía.22,24

La ira o rabia es considerada una reacción a las transgresiones de la privacidad y sirve para facilitar una respuesta para abordar la situación cuando cualquier acción tiene un impacto negativo.37 Se ha reportado que los individuos que experimentan ciberacoso, sobre todo aquellos sometidos a ataques dos o más veces al mes, presentan síntomas depresivos más severos en comparación con aquellos expuestos a otras formas de acoso tradicional.17 La sensación de incapacidad para defenderse del ciberacoso puede aumentar la sensación de miedo y angustia, lo que contribuye a la aparición de síntomas depresivos. La asociación entre ciberacoso y estos síntomas depresivos encontrados sugiere que pueden llevar a un círculo de retroalimentación positiva, siendo causa o consecuencia de cada uno.16,35 El deterioro cognitivo y la depresión pueden cambiar la percepción y dar lugar a interpretaciones negativas de situaciones comunes, que pueden percibirse como amenazantes o riesgosas.

Ideación suicida e intentos de suicidio

El ciberacoso puede tener resultados aún más dañinos para la salud mental, los cuales incluyen abuso de sustancias psicoactivas o ilícitas, aumento de la ideación suicida, pactos de cibersuicidio e intentos de suicidio.25,34 Se ha establecido que la probabilidad de suicidio es mayor entre las víctimas y los agresores, en comparación con aquellos que no participan en el ciberacoso.25 Los individuos que han sufrido ciberacoso pueden experimentar estados psicológicos negativos, abuso de alcohol y otras drogas psicoactivas para lidiar con sentimientos negativos relacionados con la agresión. El uso de sustancias ilícitas también ayuda a los sujetos a acostumbrarse al dolor físico y a la ansiedad, que al fomentar la ideación suicida, favorecen los episodios de automutilación, disminuyendo la inhibición de ciertas conductas sociales y acentuando estados de ánimo negativos preexistentes.36

La depresión ha sido identificada como precursora de conductas suicidas y se ha demostrado que las mujeres que la sufren tienen 1,7 veces más probabilidad de considerar la posibilidad de suicidio comparado con los hombres.36 Por otra parte, las personas que informaron haber sido víctimas de ciberacoso tenían entre dos y tres veces más probabilidades de presentar síntomas depresivos, actos delictivos y abuso de sustancias psicoactivas que aquellos individuos que no son víctimas. También se notó que los pensamientos e intentos suicidas fueron más altos entre las víctimas en comparación con los sujetos que no lo son.38 Por lo tanto, las víctimas tenían casi el doble de posibilidades de cometer suicidios.3 No obstante, es poco probable que el ciberacoso en forma aislada conduzca a ideas o intentos suicidas, pero sí puede acentuar aspectos de inestabilidad y desesperanza en circunstancias estresantes de la vida.37 Deben implementarse estrategias de prevención y ayudar a encontrar formas efectivas de manejar los incidentes y así evitar comportamientos de riesgo, como facilitar información personal, fotos y uso de cámaras con extraños, lo que puede generar incidentes de ciberacoso que estén directamente relacionados con la posibilidad de intentar cualquier acto suicida.39,40

Prevención y manejo de los efectos del ciberacoso

El ciberacoso es un problema de consideración, aunque su frecuencia varía según los estudios seleccionados. Los datos sobre variables demográficas son inconsistentes o dispersos. Sin embargo, parece afectar de manera desproporcionada a niños y adolescentes, donde puede haber relación no lineal con la edad. Los datos sobre asociaciones con el género son inconsistentes, pero sugieren un mayor número de víctimas entre las mujeres y de agresores entre los hombres. La relación entre ciberacoso y tendencias suicidas es relativamente fuerte, pero los vínculos con otras alteraciones o psicopatologías, aunque parecen importantes, no se han demostrado en forma consistente. Se necesita mucho esfuerzo para desarrollar programas integrales de prevención y de gestión.

No existe consenso claro en la literatura sobre cómo prevenir o gestionar los efectos del ciberacoso en las victimas. Está claro que las manifestaciones de psico-patologías necesitan evaluación cuidadosa por profesionales de salud mental y un tratamiento adecuado con los estándares internacionales. Esto es importante dada la asociación con emociones negativas que pueden desembocar en tendencias suicidas. El ciberacoso se debe considerar como causa importante de síntomas psicológicos de reciente aparición, manifestaciones somáticos de etiología desconocida o poco clara, o disminución en el rendimiento académico.41 La evaluación y el tratamiento adecuados por profesionales con conocimiento del tema y experiencia en el manejo de estas situaciones son solo un aspecto de la solución. Existen vías de intervención para la salud, incluso en el ámbito individual, escolar, organizacional, comunitario y legal. El sistema legal ha sido lento para actuar en este tipo de acoso mediante elementos electrónicos.

Conclusiones

La comunicación electrónica y las redes sociales se han convertido en elementos claves para la interacción entre las personas, ofreciendo oportunidades para el desarrollo psicosocial y la construcción de relaciones. Sin embargo, esto puede desviarse y producir interacciones negativas.

El ciberacoso se asocia con estrés, ansiedad social, uso de sustancias psicoactivas o ilícitas, síntomas de depresión e intentos de suicidio. Se deben conocer los riesgos que ofrecen las nuevas tecnologías para ayudar a las víctimas a encontrar formas efectivas de enfrentar cada situación. Los profesionales de la salud deben conocer cada uno de los aspectos relacionados con el ciberacoso y su posible asociación con diferentes psicopatologías.

CONFLICTO DE INTERÉS

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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