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de Medicina y Cirugía
REPERT MED CIR. 2021; 30(1):7-12
En una cohorte mixta se estudiaron la relación entre el
peso al nacer y el riesgo de dislipidemias en 3603 hombres y
3583 mujeres entre 44 y 45 años, se examinaron datos sobre
el peso al nacer y se compararon con niveles de colesterol
total, LDL y HDL en mmol/L. Descubrieron que el incremento
de 1 k al nacer en mujeres se relaciona con disminución
estadística signicativa en los niveles de colesterol total
(- 0.13 mmOl/ L), LDL (- 0.07 mmOl/ L) y triglicéridos (-
0.09 mmOl/ L), sin afectar los niveles de HDL, mientras en
hombres el incremento de 1 k al nacer se relaciona solo con
disminución de los niveles de triglicéridos (- 0.06 mmOl/
L).
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Por otro lado, en un metaanálisis armaron que la
disminución de 1.39 mg/dL (–0.036 mmol/L) de colesterol
libre se relaciona con el incremento de 1k al nacer (IC 95%-
1.81-0.97 mg/dL).
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Concluyen que existe una asociación
inversa entre el peso al nacer y los triglicéridos en ambos
sexos.
En una revisión sistemática realizada por Whincup y
col. 2008 se evidenció que el incremento de 1 k en el peso
al nacer se relaciona con menor riesgo de diabetes tipo 2
(OR 0.78 IC 95% 0.72-0.84).
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Además, independiente del
sexo, el índice de masa corporal (IMC), historia de diabetes
paterna o materna, estatus socioeconómico y estilo de vida,
el aumento de 1 k al nacer se relaciona con una disminución
en el riesgo de diabetes tipo 2 (OR 0.49 IC 95% 0.35–
0.69).
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Lo anterior permite inferir que el peso al nacer está
inversamente relacionado con el riesgo de diabetes tipo 2.
La relación entre BPN y mortalidad cardiovascular fue
evaluado por Wei y col. en 2007, en una cohorte donde
se estudiaron 81538 niños entre 6-18 años y la asociación
RESULTADOS
inglés publicados en los últimos diez años, según información
disponible. Se utilizaron términos MeSH “fetal programing,
hypertensive disorders, lowbirthweight, pretermbirth,
gestational diabetes, diabetes mellitus, arterial hypertension,
obesity, overweight, dyslipidemia, cardiovascular disease,
coronaryheartdisease, cardiovascular mortality”.
Se seleccionaron artículos de revisión e investigaciones
originales que determinen y expliquen la relación entre
adultos expuestos a parto prematuro, BPN, alteraciones
nutricionales maternas durante la gestación y diabetes
gestacional, con el desarrollo de dislipidemias, diabetes
mellitus e hipertensión arterial. La calidad de los estudios
fue evaluada con STROBE para estudios observacionales
y PRISMA para revisiones sistemáticas,
12,13
obteniendo
un total de 40 artículos, de los cuales tres son revisiones
sistemáticas, una con meta-análisis, siete estudios de
cohorte y cuatro análisis de casos y controles. Se incluyeron
dos guías epidemiológicas y revisiones de literatura. Como
limitación se presentaron artículos de calidad publicados
fuera del rango estipulado.
entre su peso al nacer con obesidad, diabetes mellitus,
hipertensión arterial e hipercolesterolemia. Se evidenció
que el riesgo de obesidad se asocia con alto peso al nacer >
4000 g (OR 1.672 IC 95% 1.514-1.846). El riesgo de diabetes
se vinculó con un bajo y alto peso al nacer, la curva tiene
forma de U, entre los nacidos con menos de 2600 g (OR 1.607
IC 95% 1.324 - 1.951) y más de 4000 g (OR 1.661 IC 95%
1.401 - 1.971). El riesgo de hipertensión se asocia con un
peso al nacer menor de 2600 g (OR 1.159 IC 95% 1.043-
1.28).
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Las alteraciones nutricionales maternas durante la
gestación se explicaron en dos estudios. De Rooij y col.
(2007) siguieron la descendencia de 783 mujeres sometidas
a hambruna prenatal, armando que la exposición a ella
implicó un aumento signicativo de riesgo para síndrome
metabólico (OR 1.2 IC 95% 0.9-1.7) y obesidad.
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Además,
tenían concentraciones de triglicéridos signicativas más
altas (0.1 g/L; 0.2 g/ L) y más bajas de HDL (-0.08 mmol /
L; -0.14 mmol/L) en especial en hombres.
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Bettiol y col.
(2007) determinaron las consecuencias de la RCIU sobre el
IMC en 519 niños a la edad de 8 y 18 años, estableciendo
que aquellos que tuvieron restricción y sobrepeso en la
edad escolar primaria, mostraban un efecto positivo y fuerte
sobre el IMC a los 18 años de edad (coeciente 5.03 IC 95%
4.27-5.79) generando un aumento en su IMC de 6.90 k/m2
(IC 95% 4.55-9.26).
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Baptiste y col. (2012) valoraron el nexo de la diabetes
gestacional y el crecimiento infantil a los 3, 4 y 7 años en
una cohorte de 28358 binomios, madres e hijos. Concluyeron
que al tener en cuenta la edad e IMC materno, ganancia de
peso en el embarazo, historia familiar de diabetes, peso al
nacer y haber desarrollado diabetes gestacional, implica una
mayor probabilidad de sobrepeso a las edades de 4 (OR 1.81
IC 95% 1.18-2.86) y 7 años (OR 1.61 IC 95% 1.07-1.28).
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El evento de mayor correlación fue la presión arterial
en la vida adulta con el antecedente de nacer prematuro.
Parkinson y col. (2013) evaluaron 27 estudios comparando
17030 adultos nacidos prematuros y 295261 adultos nacidos
a término, concluyendo que la prematurez se asocia con un
incremento signicativo PAS de 4.2 mm Hg (IC 95% 2.8-
5.7 P 0.001), y un aumento en la presión arterial diastólica
(PAD) de 2.6 mm Hg (IC 95% 1.2-4.0 P 0.001). En cuanto
al género encontraron un aumento de 2 mm Hg en la PAS
en la vida adulta en hombres (IC 95% 0.5-3.5 P 0.007) y en
mujeres de 4.9 mm Hg (IC 95% 3.3-6.6 P 0.001), así como
aumento en la PAD en hombres de 1.3 mm Hg (IC 95% 0.1-
2.4 P 0.03) y en mujeres de 2.9 mm Hg (IC 95% 1.6- 4.1
P 0.06); concluyeron que los adultos con antecedente de
nacer pretérmino presentaron mayores cifras de PAS y PAD,
independiente del sexo.
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Dalziel y col. 2007 en una cohorte prospectiva de 458
pacientes de 30 años, analizaron la edad gestacional al nacer
con factores de riesgo cardiovascular como PAS y tolerancia
a la glucosa. Se encontró que los prematuros tienen un